La agencia espacial utilizó datos del telescopio James Webb y del Observatorio de rayos X Chandra para lograr estas fotos inéditas, a las que caracterizó como “maravillas y detalles cósmicos”.
Por infobae.com
A la hora de pensar en el universo y en sus insondables características, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) deslumbra cada día con fotografías sorprendentes. En ese sentido, días atrás, la agencia espacial reveló impactantes imágenes del espacio, que fueron tomadas por el telescopio James Webb y el Observatorio de rayos X Chandra, que se encuentra en un satélite lanzado en 1999.
En estas fotos se puede ver a un cúmulo de estrellas, a una nube de polvo y a dos galaxias. “Cada imagen combina los rayos X de Chandra, una forma de luz de alta energía, con datos infrarrojos de imágenes Webb publicadas anteriormente, ambas invisibles a simple vista. Estas maravillas y detalles cósmicos están disponibles al asignar los datos a los colores que los humanos pueden percibir”, explicaron desde la NASA en un comunicado.
Y sumaron: “También se utilizaron datos del Telescopio Espacial Hubble de la NASA (luz óptica) y el Telescopio Espacial Spitzer retirado (infrarrojo), además del XMM-Newton (rayos X) de la Agencia Espacial Europea y el Telescopio de Nueva Tecnología del Observatorio Europeo Austral (óptico)”.
Desde el ente espacial estadounidense describieron cada una de las cuatro imágenes, que fueron adaptadas a los colores que los humanos perciben. En primer lugar, el cúmulo estelar, denominado NGC 346, está ubicado “en una galaxia cercana, la Pequeña Nube de Magallanes, a unos 200. 000 años luz de la Tierra”, explicaron desde la NASA.
Y detallaron que esta figura muestra “penachos y arcos de gas y polvo que las estrellas y los planetas utilizan como fuente de material durante su formación. La nube púrpura de la izquierda, que se ve con Chandra, son los restos de una explosión de supernova de una estrella masiva. Los datos de Chandra también revelan estrellas jóvenes, calientes y masivas que envían poderosos vientos desde sus superficies”.
En segundo término, los expertos hicieron referencia a NGC 1672, una galaxia espiral. “Los astrónomos la clasifican como una espiral ‘barrada’. En las regiones cercanas a sus centros, los brazos de las galaxias espirales barradas se encuentran principalmente en una banda recta de estrellas a lo largo del centro que encierra el núcleo, a diferencia de otras espirales que tienen brazos que giran hasta su núcleo”.
“Los datos de Chandra -siguieron desde la NASA- revelan objetos compactos como estrellas de neutrones o agujeros negros que extraen material de estrellas compañeras, así como los restos de estrellas que explotaron. Los datos adicionales del Hubble (luz óptica) ayudan a llenar los brazos espirales con polvo y gas, mientras que los datos de Webb muestran polvo y gas en los brazos espirales de la galaxia”.
Otra de las figuras que mostró la NASA fue la de la nebulosa “Messier 16, también conocida como la Nebulosa del Águila. Se trata de una famosa región del cielo a la que a menudo se hace referencia como los Pilares de la Creación. La imagen de Webb muestra las columnas oscuras de gas y polvo que envuelven a las pocas estrellas incipientes que quedan y que se acaban de formar. Las fuentes de Chandra, que parecen puntos, son estrellas jóvenes que emiten una gran cantidad de rayos X”.
En tanto, otra de las galaxias espirales observadas por los telescopios de la NASA fue la llamada Messier 74. “Como nuestra Vía Láctea, la vemos de frente desde nuestro punto de vista en la Tierra. Está a unos 32 millones de años luz de distancia. Messier 74 recibe el sobrenombre de Galaxia Fantasma porque es relativamente tenue, lo que la hace más difícil de detectar con telescopios pequeños que otras galaxias”, detallaron.
“Webb describe el gas y el polvo en el infrarrojo, mientras que los datos de Chandra destacan la actividad de alta energía de las estrellas en longitudes de onda de rayos X. Los datos ópticos del Hubble muestran estrellas y polvo adicionales a lo largo de las líneas de polvo”, cerraron.
El telescopio James Webb y las estrellas
Días atrás, la NASA mostró la imagen de una enorme nube de polvo alrededor de una de las estrellas más cercanas y brillantes del cielo nocturno. Al igual que en los casos anteriores, esto fue posible a través del Telescopio James Webb.
Los expertos lograron obtener increíbles imágenes del polvo cálido alrededor de una estrella joven cercana, llamada Fomalhaut, con el fin de estudiar el primer cinturón de asteroides visto fuera de nuestro Sistema Solar en luz infrarroja.
Pero para su sorpresa, las estructuras polvorientas son mucho más complejas que los cinturones de polvo de asteroides y Kuiper de nuestro Sistema Solar. Es que la imagen revela tres cinturones anidados que se extienden a 23 mil millones de kilómetros de la estrella. Eso es 150 veces la distancia de la Tierra al Sol. La escala del cinturón más externo es aproximadamente el doble de la escala del Cinturón de Kuiper de cuerpos pequeños y polvo frío más allá de Neptuno.
“Describiría a Fomalhaut como el arquetipo de los discos de escombros que se encuentran en otras partes de nuestra galaxia, porque tiene componentes similares a los que tenemos en nuestro propio sistema planetario”, explicó el astrónomo András Gáspár de la Universidad de Arizona en Tucson y autor principal de un nuevo artículo en la revista Nature Astronomy, en el que describe el hallazgo.