La demanda se encuentra por encima de los 100 MMbpd, y aun los analistas más conservadores vaticinan un incremento adicional de más de 1,0 MMbpd antes de fin de año. Mientras, la seguridad energética es una variable tan importante como las metas ambientales, recordando que las crisis hacen cambiar las estrategias más firmes. Respecto a Venezuela: Los salarios continúan deteriorándose y los servicios públicos mantienen al país en una protesta casi diaria. La OFAC publicó la Licencia General 8L para Chevron.
Por Juan Szabo y Luis A. Pacheco en La Gran Aldea
El mercado petrolero es un rompecabezas complejo y en constante cambio. Hay muchos factores que pueden afectar el precio del petróleo, incluidos la oferta y la demanda, el crecimiento económico, la inestabilidad política y los desastres naturales. Como resultado, no solo puede ser difícil predecir cómo se comportará el mercado de este rubro en el futuro, sino también explicar lo ya ocurrido.
La OPEP+, que agrupa los países de la OPEP y otros 10 países productores, tiene programado para el 4 junio de 2023, una reunión en Viena, la primera que llevan a cabo en persona en mucho tiempo. El líder natural del grupo, Arabia Saudita, ha estado en las noticias de esta semana como preámbulo a la reunión. Los sauditas, con el discurso de mantener la seguridad de suministro, buscan que los mercados respondan con precios que garanticen tanto sus necesidades fiscales como también un equilibrio saludable en la ecuación oferta/suministro.
El ministro de energía del reino saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, aprovechó el Foro Económico de Catar para enviar una advertencia a aquellos que en el mercado apuestan en contra de precios más altos, recomendándoles proceder con “cuidado”; todos recordaron el recorte sorpresivo de producción de abril pasado, que agarró a los especuladores con los pantalones abajo.
Sin embargo, al día siguiente, el viceprimer ministro de Rusia, Alexander Novak, lo contradijo en lo referente a expectativas de un recorte de producción en la reunión de la OPEP+ del 4 de junio, asegurando que Rusia no esperaba cambios de estrategia. Los anuncios de Novak hicieron caer los precios abruptamente y tuvo que retractarse diciendo que Rusia y la OPEP+ decidirán lo mejor para los mercados petroleros, y agregó que la OPEP+ puede actuar en la reunión de junio si fuese necesario.
En general, los precios del petróleo han tenido una tendencia a la baja desde junio de 2022, lo que no agrada a los saudíes; como tampoco simpatizan con los especuladores que apuestan a que esa tendencia continúe. La reunión en Viena probablemente termine con un anuncio ambiguo, pero con el mensaje claro de que la OPEP+ no permitirá que la erosión de los precios continúe. Las actuales condiciones corresponden a precios teóricos más altos, represados, piensan algunos, por el temor a una recesión económica que no acaba de materializarse.
Otro elemento que ha afectado los mercados en general ha sido las negociaciones inconclusas entre la Casa Blanca y la Cámara de Representantes para aprobar un incremento del techo de la deuda de EE.UU. Sin embargo, este domingo 28 de mayo, se anunció que el presidente Joe Biden y el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, habían sellado los elementos finales de un acuerdo.
Según Reuters, los detalles no están totalmente finalizados, pero el quid del acuerdo está en mantener por dos años los niveles de gastos totales, excluyendo defensa, a niveles de 2023. El acuerdo estaría cuidadosamente estructurado para poder pasar por las dos cámaras del Congreso con mínima mayoría demócrata y republicana en cada una. Todavía está por verse si esto es aceptable para los radicales de ambos lados.
Otra área que ha contribuido a diluir el sentimiento pesimista en los mercados, por ahora, ha sido el respiro experimentado en la caída de Wall Street, gracias al sector tecnológico y la euforia alrededor de las empresas que manejan inteligencia artificial. Esto puede ser un falso positivo, ya que el repunte está concentrado en las grandes compañías tecnológicas, mientras que el resto del mercado languidece. En todo caso, los mercados parecieron dejar a un lado la incertidumbre sobre el avance de las conversaciones para evitar un impago de la deuda de EE.UU. y las discrepancias que se perciben de la FED sobre el rumbo de la política monetaria norteamericana.
Por otro lado, las realidades físicas del mercado petrolero, o sea los elementos que conforman el balance fundamental entre demanda y suministro, cuentan su propia historia. La demanda se encuentra por encima de los 100 MMbpd, y aun los analistas más conservadores vaticinan un incremento adicional de más de 1,0 MMbpd antes de fin de año, esto como resultado de mayor consumo de gasolina y combustible de aviación en EE.UU. y el crecimiento económico en Asia, principalmente China e India.
Del lado del suministro, la situación tiene muchas más aristas. Se observan reducciones por: la falta de acuerdo turco con respecto al paso por su territorio del crudo kurdo de Irak; cierres de producción por enfrentamientos en Nigeria; incendios forestales en Canadá; mantenimiento de instalaciones en Brasil; y la menor actividad de taladros en Estados Unidos (-9 equipos).
El caso de EE.UU. es particularmente llamativo, ya que mientras se presentan reducciones en los inventarios tanto de crudo como de productos, con precios repuntando, la industria opta por limitar su actividad, justo cuando la administración del presidente Biden realizó la primera subasta en Nuevo México y Kansas de “leases” o derechos de perforación por petróleo y gas, en tierras federales, desde la aprobación de la ley sobre el cambio climático.
Independientemente de lo que resulte la reunión del 4 de junio de la OPEP+, bajo las condiciones actuales los países de grupo han reducido sus exportaciones de mayo en cerca de 2,0 MMbpd. Estas reducciones en parte son voluntarias, como en el caso de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), pero en muchos casos son reflejo de declinación no compensada, como es el caso de Rusia; y eventos no esperados, como el caso de Nigeria. También hay que factorizar en el cuadro petrolero el impacto que tendrá en la dinámica de suministro la reelección en Turquía del presidente Recep Tayyip Erdo?an, y si continuará su política de alineación con los intereses de Rusia.
En todo caso, al contrastar la demanda con el suministro, se evidencia un faltante de casi 2 MMbpd que tendrá que ser suplido por drenaje de inventarios y/o cambios en la estrategia de cuotas de la OPEP+, limitada a los países que cuenten en ese momento con capacidad de producción ociosa. Este panorama apunta a precios más altos en la segunda mitad del año, así como en el 2024, lo cual contrasta con las proyecciones del EIA a partir del próximo año.
El incremento de los precios del crudo solo podrá revertirse con un aumento material de inversiones en el sector de los hidrocarburos, lo cual muy pocas empresas o países están encaminados a realizar en estos momentos. El déficit en el suministro se reflejó en un aumento de los precios del crudo los últimos días de la semana. Al cierre de los mercados, los crudos marcadores Brent y WTI se tranzaban en 76,95 y 72,26 $/BBL respectivamente.
Vale la pena mencionar una transacción petrolera que, por su tamaño, usualmente no despertaría mucho interés, sin embargo, sus antecedentes y la situación actual la hacen noticia en el ambiente petrolero latinoamericano. Se trata de la compra, por parte del multimillonario mexicano Carlos Slim, de una participación minoritaria (49,9%) en la unidad mexicana de Talos Energy (NYSE: TALO) por 125 millones de dólares, para participar en el desarrollo del Campo Zama, en aguas someras del Golfo de México. El descubrimiento en Zama (600 MMb de reservas) fue realizado por Talos y sus socios, que habían obtenido el bloque en las licitaciones de la apertura promovida bajo el presidente Enrique Peña Nieto. El campo entró en controversias con Pemex y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al constatar que el yacimiento se extendía al bloque contiguo de Pemex. Las autoridades mexicanas impusieron a Pemex como operador. Talos amenazó con ir a arbitraje, pero terminó haciendo un arreglo con Pemex. El bajo precio pagado por la participación revela el fuerte efecto del actual riesgo país mexicano.
Transición energética
De manera periódica estaremos comentando, además del petróleo, acerca de eventos en el espacio de lo que es quizás la agenda política más actual a nivel global, la Transición Energética, incluyendo el rol de los fósiles en esa transición.
Esta pasada semana, la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) publicó su reporte anual de inversiones en energía. El reporte se convirtió en noticia por decir que las inversiones en energía a nivel mundial están creciendo de manera importante, en particular las inversiones en “energías limpias” se espera que en el 2023 excedan 1,7 billones de dólares, cifra mayor que las esperadas en combustibles fósiles, 1,0 billón de dólares.
Fatih Birol, Director ejecutivo de Agencia Internacional de la Energía, argumenta que estas cifras muestran un punto de quiebre importante en las inversiones en el sector de energía, y lo hace ser optimista en relación con la posibilidad de todavía alcanzar los objetivos de su escenario de “Net Zero for 2050”.
Un análisis más detallado de las cifras da luz más allá del titular. La inversión en energías limpias incluye no solo generación de potencia (39%), sino también inversión en eficiencia (21,6%), redes (19 %), vehículos eléctricos (7,4%), baterías (2,12%), y hasta nuclear (3,6%). El informe también advierte que, aunque el aumento en inversiones es positivo, está concentrado (90%) en economías avanzadas y China. Tasas de interés más altas, marcos de políticas y diseños de mercado poco claros, servicios públicos con limitaciones financieras y un alto costo de capital, están frenando la inversión en muchos otros países.
Por otro lado, surge la pregunta si se están haciendo suficientes inversiones en el sector de fósiles para lograr una transición sin trastocar el sistema energético mundial. El reporte identifica que la cantidad de nuevos recursos de petróleo y gas aprobados para desarrollo, en 2022 y 2023, ha estado por debajo del nivel promedio observado durante la última década. Sin embargo, 2023 está experimentando un aumento del 25% en las nuevas aprobaciones en relación con 2022 y la mayoría de ellas son para gas natural, lo que refleja el impulso para sustituir el déficit en el suministro ruso.
Algunos analistas piensan que las inversiones en petróleo y gas no son suficientes para el corto y mediano plazo, dada las proyecciones en la demanda, pero en el largo plazo pueden resultar redundantes, dependiendo de la reducción en la demanda. Es este dilema, sobre todo en gas natural, el que es difícil de resolver para tomar decisiones acerca de proyectos de largo plazo. Por otro lado, la experiencia de los últimos 18 meses en Europa, resultado de la invasión de Rusia a Ucrania, apunta a que la seguridad energética es una variable tan importante como las metas ambientales, y que las crisis hacen cambiar las estrategias más firmes. En todo caso, un reporte que vale la pena leer con algún cuidado.
Más cercano a nuestra latitud, Colombia presenta un interesante caso de estudio en las complicaciones de adelantar la transición energética. El presidente Gustavo Petro fue electo (2022) en una plataforma de eliminación de combustibles fósiles no solo como fuente de energía, sino también como pilar importante de la economía, esto a pesar de que las emisiones de Colombia en el contexto mundial son mínimas. Fiel a su palabra, la ministra de Energía ha venido promoviendo la idea de que no hay necesidad de otorgar nuevos contratos de exploración de petróleo y gas, argumentando que el país tiene reservas de petróleo y gas suficientes para navegar la transición, apostando a las inversiones en energía solar y eólica.
La realidad tiene la mala costumbre de invadir aún los más loables designios. Esta semana, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) de Colombia anunció las reservas de petróleo y gas del país a diciembre de 2022 y las alarmas empezaron a sonar, no tanto porque fueran una sorpresa, Colombia no es una cuenca particularmente prolífica en relación con sus vecinos, sino porque las cifras contradicen la estrategia y mensajes del Gobierno.
Para complicar aún más las cosas, Enel (BIT: ENEL), anunció que suspendía indefinidamente la ejecución del Proyecto Eólico Windpeshi y evalúa su venta. Este proyecto, localizado en La Guajira, en la región nororiental del país, tendría una capacidad instalada de 205 MW y generaría 1.011 gigavatios-hora/año, energía capaz de suplir las necesidades anuales de aproximadamente 500.000 hogares. La empresa explicó que, debido a los bloqueos de las comunidades, una ocurrencia consuetudinaria para casi todos los proyectos no puede garantizar los ritmos constructivos del proyecto y, por lo tanto, los retornos económicos necesarios para seguir invirtiendo.
Una semana atrás, el ministerio de Minas y Energía había anunciado que la hoja de ruta para la transición energética en Colombia ya no sería publicada en mayo de este año, como se esperaba, y se planteó una nueva fecha de entrega estimada: febrero de 2024. La transición estamos casi seguros de que va a ocurrir, pero también que ella no será en los términos de tiempo y espacio que se ha postulado.
Venezuela
Aspectos político-económicos: El régimen se ha negado a volver a la mesa de negociaciones con la oposición, a pesar, de que la decisión tiene un costo en términos de ingresos por la congelación de la liberalización de las sanciones económicas por parte del gobierno estadounidense.
La economía continúa mostrando signos de debilidad. La tasa de cambio paralelo alcanzo 28,2 Bs/$, una depreciación semanal de 4% y se observa que los nuevos emprendimientos, sobre todo en el sector de los servicios y restaurantes, están teniendo problemas para mantener sus puertas abiertas. Los salarios continúan deteriorándose y los servicios públicos mantienen al país en una protesta casi diaria. Durante esta semana hubo apagones y restricciones eléctricas en todo el país, con mayor énfasis en el centro y occidente.
Actividades Operativas
El mes de mayo ha transcurrido sin mayores sobresaltos en las operaciones del sector de hidrocarburos, excepto por el efecto de los recortes y apagones eléctricos. La producción de la semana promedió 704 Mbpd, distribuidos como sigue:
- Occidente: 98 (49 Boscán)
- Oriente/Sur: 164
- Faja: 442 (61 PetroPiar y PetroIndependencia)
- TOTAL: 704 (Chevron 110)
Las refinerías procesaron unos 200 Mbpd de crudo y productos intermedios, con bajo rendimiento en cuanto a gasolina. La escasez de gasolina se está tornando en un problema generalizado en el interior del país. Según PDVSA parte del problema se debe a numerosas tomas ilegales instaladas en el sistema de mercadeo nacional. Otra razón, no mencionada, es el suministro de toda clase de combustibles a Cuba, donde están capeando una crisis energética de proporciones mayores.
La exportación de crudo del mes de mayo se sitúa por encima de los 500 Mbpd, de los cuales 114 Mbpd han sido destinados a las refinerías de EE.UU. localizadas en el PADD 3, 25 Mbpd fueron despachados a Cuba, 35 Mbpd a España bajo trueque de crudo por deuda de ENI/Repsol, y más de 300 Mbpd a China a través de intermediarios y trueque con Irán.
La OFAC publicó la Licencia General 8L, mediante la cual extiende las limitaciones operativas que estaban en efecto relacionadas con las 4 grandes empresas de servicios internacionales. Por descarte, al no haberse emitido una nueva licencia para Chevron, las condiciones actuales se consideran renovadas con las mismas autorizaciones y limitaciones que contenía la licencia publicada a finales del año pasado.