Taimado es un término antes muy empleado para definir al buen político, distinguiéndolo del atorrante. Las comparaciones son odiosas pero, históricamente, con la división de Acción Democrática que dio origen al MIR, se puso en evidencia que una mente tan brillante como Domingo Alberto Rangel se había atorado largamente, radicalizándose para echar por la borda a los que fueron promesa de una generación que hizo la lucha dura y clandestina contra la dictadura de Pérez Jiménez. Mientras que otros se arrepintieron del paso dado, inmediatamente volvieron a AD, como Octavio Lepage, o se reinventaron a través de otros partidos, como Jorge Dáger que llegó a presidir la cámara de Diputados. Sin embargo, lejos de darle una connotación peyorativa, el término en cuestión es sinónimo de astucia y prudencia, la que también es aconsejable en las actuales circunstancias venezolanas.
Estamos muy de acuerdo con la idea de que todo aspirante a la presidencia de la República que se diga de la oposición, debe naturalmente hacerla, pues, aunque parezca un exabrupto observarlo y decirlo, hace falta hacer oposición en Venezuela. Sin embargo, debe ser una oposición con moderación hacia los compañeros de ruta de la oposición, porque es verdad todo lo que se dice y falta por decir contra el gobierno. A veces, camino a la presunta santidad, nos esmeramos en descalificar a los otros que compiten por Miraflores desde las aceras de la oposición, sin darnos cuenta que, salvo un evidente alacranismo, todos son y somos necesarios para obtener la victoria de las fuerzas democráticas. Como pocos son los que cultivan la memoria, muchos olvidan como esa minoría golpista, ideológicamente improvisada y políticamente a la merced de operadores como Luis Miquilena, a quienes le pagaron mal después del aprendizaje, se convirtió increíblemente en un 56% de los votos que se llevaron por delante no tanto a Salas Römer como a Irene Sáez, candidata súper favorita según todas las encuestas. ¿Cómo construyó esa mayoría Hugo Chávez?
Ahora bien, hay líderes de la oposición muy prudentes, porque se saben en una inmensa torre de Babel, donde los justos se confunden con los pecadores en la oposición; por ello, esos líderes deben, bien y muy bien, observar los movimientos del régimen en el tablero de ajedrez; o en los numerosos tableros del ajedrez. Tienen un estilo mesurado, son hombres de acción, que no buscan herir al compañero de la ruta opositora, en contraste con los más bulliciosos, empecinados en denunciar a propio y extraños como vendidos al gobierno y, preferiblemente, desde el exterior, montan grandes campañas de descalificación, ¡y vaya la sospecha! algunos entran y salen de Venezuela por Maiquetía. Los habladores de paja que no querían primarias, las rechazaron y dijeron cuanta cosa se les ocurrió, se hicieron los gafos y se convirtieron en campeones de la fórmula, pero… (siempre hay un pero) requetedeclarada por la Comisión Nacional de Primarias, no quedará otra manera de hacerlas sino con el CNE. Los habladores piden precisiones al Dr. Jesús María Casal tratando de ganar tiempo para saber qué hacer. Saben que si salen, a estas alturas de la vida, camino a la santidad política, tendrán un favorable repunte de popularidad en las encuestas y un inminente bajón a la vuelta de uno o dos meses porque no tienen músculos para valerse por sí solos. O, siendo el riesgo de quedarse con la Plataforma Unitaria, si se quedan, descenderán en las encuestas, aunque la mayor posibilidad es la de recuperarse a mediano plazo por la constancia en la prédica unitaria y el esfuerzo de articular una fórmula gananciosa.
Articular esta fórmula debería ya, después de 20 años, ser fácil de entender pero, por el contrario, vemos cómo cada día buscamos la manera de disgregar y exacerbar los egos y pensar que así se obtiene la simpatía de aquellos que han estado descontentos por el actuar opositor que, por cierto, ha cometido errores que se han dicho y se seguirán diciendo. Pero, como se dice, toda pelea familiar debería ser en casa y no del lado o cerca del enemigo, ya que. para poder enfrentar a los que hoy son minoría pero mantienen el control, hay que dejar de lado todo aquello que nos separa y trabajar en aquello que nos une.
Todos debemos entender que para la reconstrucción del país es necesario involucrarnos, no solo aquellos que creen tener la fórmula mágica para hacerlo, todos hacemos falta y todos podemos y debemos aportar para construir un mejor país, de lo contrario seguiremos nutriendo a aquellos que nos han sabido fotografiar y manipular durante este largo y tortuoso periodo. En resumen, tenemos que insistir, resistir y persistir en amalgamar una oposición unida para obtener una victoria que sea contundente.
@freddyamarcano