En agosto de 2022, la prensa estadounidense e internacional se conmocionaba al escuchar que una de las residencias del controvertido expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, había sido allanada por el FBI para buscar allí documentos clasificados guardados sin autorización. La historia se repitió el 20 de enero de 2023, cuando estalló la noticia de que documentos de la misma naturaleza se habían encontrado en una casa del presidente Joe Biden.
Por Semana
Esa vez no hubo allanamientos nocturnos misteriosos, ni declaraciones polémicas, solo confusión y una disminución de popularidad importante para el presidente Biden. Se supo entonces que desde noviembre de 2022 se había encontrado un lote de documentos confidenciales en una oficina que Biden había usado en Washington mientras ejercía como vicepresidente de Barack Obama.
Los archivos habían sido hallados por sus abogados, quienes inmediatamente lo reportaron; sin embargo, la noticia no se conoció sino hasta enero del año siguiente, cuando se encontró un nuevo lote de documentos en el garaje de Wilmington, residencia ubicada en el estado de Delaware.
A partir de ahí comenzó una investigación en su contra, pues, de acuerdo con la ley, todos los documentos oficiales deben ser guardados en el Archivo Nacional. “La responsabilidad de acatar la Ley de Registros Presidenciales ?la normativa que obliga a entregar a los Archivos Nacionales todos los documentos de una administración? no disminuye cuando finaliza un Gobierno”, explicó en una carta la entidad. La semana pasada, el FBI inspeccionó otra residencia, también en Delaware, del presidente y de acuerdo con Bob Bauer, abogado de Biden, no encontraron ningún tipo de documento clasificado allí. Sin embargo, sí se llevaron material y notas a mano para revisarlas.
Desde que se conoció el caso, fue imposible no compararlo con el caso Trump y su casa en Mar-a-Lago, Florida. Es más, el exmandatario fue de los primeros en manifestarse diciendo: “¡Quizá son más listos de lo que pensamos! Este es uno de los lugares donde aparentemente se almacenan documentos altamente clasificados (en una gran pila en el suelo húmedo)”. Después destacó que Mar-a-Lago era un repositorio ilegal bastante seguro para guardar documentos.
Sin embargo, esto último parece no ser del todo cierto, pues gracias a imágenes reveladas el viernes por el Departamento de justicia de los Estados Unidos, se pudo notar cómo el expresidente almacenaba varias cajas con documentos delicados en el baño de la residencia.
A pesar de que en esencia los casos son muy similares, pues se basan en que ambos políticos tenían en su posesión documentos confidenciales que no debían tener, el proceso de ambos ha sido muy diferente.
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