Se trata de un extraordinario hallazgo paleontológico de los restos de un perezoso gigante, llamado Scelidotherium. Daniel Boh, coordinador del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, explicó las implicancias de este descubrimiento que data de unos 100 mil años atrás.
Por infobae.com
Bruno es fanático de los dinosaurios. Se lo dice siempre a sus padres Bárbara Lugones y Álvaro González, con quienes vive en Miramar. Siempre los menciona cuando tiene oportunidad. Lo que seguramente este niño de 8 años nunca imaginó es que se iba a encontrar con los restos fósiles de un perezoso gigante extinto, llamado Scelidoterio (Scelidotherium leptocephalum) que vivió en Sudamérica durante el Pleistoceno.
Daniel Boh, coordinador del Museo de Ciencias Naturales, el hallazgo. “Fue así, el chico estaba dando vueltas por la playa con los padres y ellos avisaron en el museo”, detalló Boh.
Miramar, una de las ciudades balnearias predilectas en Argentina, resguarda bajo la superficie, tesoros milenarios de un mundo ya desaparecido, siendo una de las localidades paleontológicas más transcendentales a nivel mundial desde fines del siglo XIX, llamando la atención del sabio Florentino Ameghino.
Días atrás, Bruno González se encontraban paseando en las extensas playas del sur de la localidad bonaerense de Miramar, en las inmediaciones del arroyo La Ballenera, cuando divisó unos huesos incrustados en el barranco.
Fue así que, Bárbara Lugones y Álvaro González, padres de Bruno, se pusieron en contacto con el personal del Laboratorio de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, dependiente de la Fundación Azara y de la Municipalidad de General Alvarado, para dar a conocer el hallazgo y verificar si se trataban de verdaderos restos fósiles.
De esta manera, se acercaron al sitio junto al personal del museo en la zona del arroyo La Ballenera, lugar bien conocido por otros hallazgos de relevancia, como la mandíbula fósil de un vampiro gigante, el Desmodus draculae, que tuvo transcendencia mundial hace poco tiempo.