Este domingo se celebra el día del padre. Algunos de los que consideran esta columna como un auténtico oráculo, nos preguntan si hoy se celebra también el día del padre putativo.
Respondeo dicendum:
El padre putativo por excelencia es San José, de hecho, en algunos países el día del padre se celebra justamente el 19 de marzo, festividad de este santo.
San José es una figura de extraordinaria importancia dentro de la teología de la Iglesia.
Pater Putativus, que es como se dice originalmente en latín, lo que significa es «el que puede ser considerado padre», porque, como es sabido, José no es el verdadero padre de Jesús, concebido en María por obra y gracia del Espíritu Santo.
Sin embargo, es él quien educa a Jesús hasta los 12 años, tiempo en el cual, según la tradición, se produce su muerte.
Dicho sea de paso, entre los diversos patronazgos que ostenta este santo –como el Maracay, la ciudad jardín de Venezuela– está el de ser patrono de la buena muerte, pues al momento de expirar tenía, junto a su lecho, de un lado a la Virgen María y del otro a Jesús.
Cuando se hacía referencia a san José en misales y devocionarios, solía ser de esta manera: Sanctus Iosephus P.P. Christi (San José padre putativo de Cristo).
De allí que muchos aseguren –quizá erróneamente según los expertos– que el apelativo de Pepe para designar a los que llevan el nombre de José, viene de las siglas latinas.
Después de este comentario, destinado fundamentalmente dar un tenue barniz de cultura a este escrito, volvamos a nuestro punto: ¿se celebra también este domingo el día del padre putativo?
Nosotros, luego de deliberar profundamente, hemos llegado a la conclusión de que padre es padre, aunque sea putativo.
Basamos nuestra decisión en el hecho de que si asumimos como verdad –y la poesía nunca mente– la afirmación de Andrés Eloy Blanco de que “cuando se tiene un hijo se tienen todos los hijos de la tierra”, esto trae como consecuencia que todos los que tenemos hijos somos padres putativos de los hijos de los demás, incluido los hijos de los que nos tienen por enemigos.
Por tal razón, los hijos de los otros están a nuestro cuidado, tanto como los nuestros al cuidado de los otros, de modo que, en medio de la desarticulación actual, lo único que verdaderamente nos une como sociedad, son todos los hijos.
Pero la cosa se complica mucho más, porque si soy hijo putativo de un padre, soy también, como padre, padre putativo de los hijos de mi propio padre putativo, con lo cual soy también mi propio padre putativo y mis hijos vienen a ser mis hermanos putativos…
Espero que, aclarado el punto, podamos decir también este tercer domingo de junio: ¡Feliz día de padre putativo!, sin pudor alguno.