Venezuela, posee recursos naturales, en abundancia, algunos de los cuales no son explotados, o lo son insuficientemente.
El gas, es un ejemplo, por su visible perdida, por quema y su limitada oferta para uso doméstico, bien sea por redes o por bombonas.
Lo que conlleva, a la no satisfacción de oportunidades de suministro a necesidades colectivas, y la pérdida de ingresos.
La diversidad y abundancia de recursos naturales, prioriza al petróleo, por su volumen y precios, y ocupa poco interés en otros recursos, entre ellos el Gas.
Desde los años 80, estamos a la espera de concluir el gran proyecto, originalmente bautizado como Mariscal Sucre, con meta de producir 1.200 millones de pies cúbicos de gas diarios y hasta 28 mil barriles diarios (MBD) de condensado, y ya tiene 5 casi décadas, sin concluir.
Mientras tanto, durante, ese periodo de tiempo, la tecnología ha avanzado a pasos agigantados y nuevas y más económicas formas de explotarlos existen en el mercado.
El retraso del multimillonario proyecto, fue por múltiples factores, entre otros, el tamaño del proyecto, el retiro o cambio de socios y la fluctuación del precio del gas.
Al lado, Trinidad, observando el descubrimiento en sus fronteras marítimas, con visión, otorgó progresivamente facilidades y seguridades a inversionistas internacionales, para instalar en su territorio, un complejo petroquímico y de exportación de gas licuado, que lo convirtió en el primer exportador de Sur América y hoy con reservas, disminuidas por su utilización, y monetización, espera poder recibir gas, desde la plataforma venezolana aproximadamente a 25km de la suya.
Otras empresas europeas en negocio del gas Repsol, ENI, Morell y Prom., con inversiones en el país, finiquitan autorizaciones y proyectos para la exportación.
Por ello, es buena noticia, la de la semana pasada, que el ministro de petróleo y presidente de Pdvsa, junto con el canciller anunciaron avances en conversaciones con las mencionadas empresas y sus gobiernos.
Esto en materia de exportación.
También el mercado interno, requiere su urgente reactivación y actualización.
Para ello es definitorio, un precio local, que permita expandir el mercado y popularizar su uso por redes.
Debe actualizarse la materia del subsidio de las bombonas denominadas populares.
Con la actualización razonable de su precio, de manera que sea accesible y confiable su suministro en zonas populares.
Si se decide, como con la gasolina.
Se conseguirán bombonas reguladas y no reguladas, que a precio no subsidiado serán de venta hasta en ferreterías.
Ex Presidente de Fedecamaras, Consecomercio y Cámara Petrolera.
@eromeronava