Una excepcional detención la semana pasada en Praia Grande, cerca de Santos, en el litoral paulista, añade una valiosa pieza al caso de Ali Issa Chamas, un narcotraficante internacional libanés con nacionalidad paraguaya vinculado también a Hezbollah. Chamas fue extraditado en 2017 de Paraguay a Miami, en Estados Unidos, y condenado a tres años y medio de cárcel. Posteriormente fue extraditado de nuevo a Paraguay, donde cumple condena por tráfico internacional de drogas.
Por infobae.com
Dos peligrosos miembros de su red criminal, los turcos Munir Özturk y Eray Uç, que fueron detenidos el 4 de febrero de 2017 y luego se fugaron en diciembre de ese año de la cárcel de Misiones, en Paraguay, siguen prófugos. Pero ahora una información exclusiva de Infobae revela que la detención de la semana pasada en Praia Grande puede ayudar a seguir los pasos de los dos prófugos y probablemente reconstruir una red aún más grande.
Junto con un brasileño, la policía detuvo a un ciudadano turco de 37 años, apodado “el químico del PCC”, es decir, el Primer Comando de la Capital, la organización criminal más importante de Brasil. Según las autoridades, tras la fachada de un bar, ambos dirigían un laboratorio de drogas de alto nivel en Praia Grande, donde también se producía la llamada “dry marroquí”.
El criminal turco admitió ser químico de la organización, ser el propietario de la droga hallada en el laboratorio y utilizar los conocimientos aprendidos en Turquía para producir este tipo de hachís potenciado, extraído de la flor de la marihuana y capaz de provocar graves alucinaciones en sus consumidores. La sustancia psicoactiva “dry marroquí” es 18 veces más potente que la marihuana y es una droga muy cara en Brasil debido a la dificultad de su producción.
Sin embargo, la historia del turco detenido en este laboratorio del litoral paulista es mucho más compleja de lo que ya parece. Garip Uç, este es su nombre, no es un narcotraficante cualquiera, sino el hermano de Eray Uç, miembro de la red de Ali Chamas y prófugo desde 2017. Hablamos de una poderosa red de Hezbollah que opera entre Paraguay, Brasil, Estados Unidos y Turquía y que en 2016 con la detención de Chamas reveló toda su peligrosidad.
Como el propio Chamas admitió ante la DEA, la agencia antidroga estadounidense, declaración citada en su juicio en Miami, él era “un facilitador global para los narcotraficantes libaneses”. Para Chamas, “enviar cocaína era fácil, lo había hecho muchas veces desde San Pablo (Brasil) a Europa y Líbano y había enviado demasiada cocaína como para contarla”. Para la DEA, el narcotraficante también afirmó claramente que algunos miembros de su familia pertenecían a Hezbollah y que el clan Chamas “era poderoso y estaba aliado con Hezbollah”.
Chamas había sido detenido el 19 de agosto de 2016 en el Aeropuerto Internacional Guaraní de Ciudad del Este (Paraguay) cuando intentaba enviar 51 cajas con 39 kilogramos de cocaína a Estambul (Turquía). Según declaró en su juicio en Miami, él también admitió “que participó en un envío de 31 kilogramos de cocaína que fue incautado en abril de 2016 en el aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut (Líbano) y que él y sus socios pagaron 10.000 dólares por kilogramo para facilitar la entrada de la cocaína en el aeropuerto, a sabiendas de que el dinero estaba destinado a Hezbollah”.
Los documentos del juicio revelaron que Chamas formaba parte de una red más amplia de narcotraficantes con base en Colombia. Cuando fue detenido, el libanés estaba a punto de enviar una prueba de tres kilos de cocaína a un socio comercial de Houston (Texas) llamado Kuku, según reveló el análisis de su teléfono móvil. Una vez recibida la prueba, Chamas prometió a su socio que podría enviar 100 kilos de cocaína al mes a Estados Unidos por carga aérea. “Se tarda 4-5 días a Houston, 2-3 días a Miami, 4 días a Toronto, Canadá”, escribió a su comprador en EEUU explicando los plazos de su logística. Su persona de contacto, Kuku, nunca fue identificada mientras que los dos turcos Munir Özturk y Eray Uç, hermano de Garip, fueron detenidos en Paraguay el 4 de febrero de 2017, para luego fugarse unos meses después. En el domicilio de Özturk, en Ciudad del Este, las autoridades paraguayas encontraron cápsulas de cocaína listas para ser ingeridas por mulas del narcotráfico y cocaína líquida procesada oculta en 65 botes de champú. También se descubrieron en un teléfono móvil fotografías de cocaína en polvo y empaquetada.
Según un informe de inteligencia al que tuvo acceso Infobae, durante el allanamiento se encontraron un documento de identidad brasileño de Özturk y el de un ciudadano turco, Sehmus Soytas, residente en Lice, Turquía. Soytas había sido detenido en 2001 acusado de tráfico de heroína con Irán. Özturk y Eray Uç, son chiíes, como reveló el material incautado en el momento de su detención. Además de un Corán en español publicado en Venezuela, también se encontraron varios libros publicados por órganos iraníes encargados de difundir la revolución iraní, según el informe de inteligencia. Uno de ellos, publicado en español por la Fundación Imam Alí de Beirut, se titulaba “Preguntas planteadas por un judío al profeta Mahoma”. Además, en el pasaporte de Eray Uç se encontraron sellos que indicaban sus viajes a Irán. También formaban parte de la red el brasileño Josemar Chiquetti De Vilas Boas, condenado por las autoridades paraguayas a 15 años, y el libanés Akram Abd Ali Kachmar, que fue encarcelado. Kachmar trabajaba como intermediario en el Ministerio de Inmigración de Paraguay. Según fuentes locales, ayudó a entre 500 y 1.000 libaneses a obtener la residencia en el país sudamericano.
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