El efecto de la inhabilitación a María Corina ha producido un rechazo casi global, incluso por aliados ideológicos de Maduro como el Presidente de Colombia Gustavo Petro, Maduro sigue el libreto de Ortega en Nicaragua y eso demuestra que no tiene respaldo popular para medirse en una elección medianamente competitiva con nadie, mucho menos con María Corina que ha logrado la misión casi imposible de emocionar y mover el descontento hacia una opción electoral que produzca el cambio indispensable para la recuperación social, económica e institucional de la república.
Pero lo más significativo lo encontramos en las declaraciones de rechazo a la medida inconstitucional de inhabilitación y la solidaridad expresada a la candidata por parte de los otros aspirantes que están participando en las primarias, eso hay que entenderlo como positivo para un liderazgo opositor que se ha agredido irracionalmente por colocar primero las agendas personales a las colectivas que son las que brindan resultados positivos comprobados a la hora de enfrentar a un régimen autoritario, como el escenario de las parlamentarias de 2015 en donde la elección favoreció ampliamente a una oposición unida.
Es cierto que no es la misma oposición, pero tampoco lo es el gobierno de Maduro que luego de la derrota de 2015 se vio obligado a inventar una Constituyente y realizar elecciones que lo inhabilitaron democráticamente, lo aislaron y le ocasionaron sanciones, acusaciones e investigaciones abiertas como la que está en curso por la Corte Penal Internacional por violación de derechos humanos.
Así que no es poca cosa lo que ha logrado la oposición cuando juega unida, a pesar de todos los errores y desaciertos que se han cometido en el camino, Maduro hace lo posible para mantenernos divididos y hasta ahora le había dado resultado, pero las primarias están cambiando el paisaje político y la inhabilitación a María Corina que está en el libreto del régimen por destacar y despertar emociones empáticas no sorprende a nadie, lo hicieron con Capriles y con otros dirigentes en el pasado y lo seguirán haciendo si lo permitimos, por eso la declaración de la Comisión Nacional de Primarias y la de la dirigencia política rechazando la medida en contra de María Corina resulta oportuna y alentadora, en la construcción de una estrategia unitaria que represente a la mayoría descontenta que sobrepasa el 80% de los venezolanos, a eso le teme Maduro, a la unión política de un país que ha padecido más de 23 años el azote del autoritarismo socialista.