El 5 de julio no asistió al desfile en Los Próceres, las tribunas se vieron vacías y su presencia en el patio de la Academia Militar portando según los entendidos un chaleco antibalas confirma el miedo y la desconfianza hacia las FANB que comanda, algo pasa que el común de los mortales ignoramos, algo grave debe ser porque no estamos en estado de alerta ni de confrontación con ningún país vecino, tampoco existe un estado de conmoción interna ni rebelión militar que se sepa, el único que teme quien sabe qué es el propio Nicolás Maduro.
En Cuba los Castro fueron expertos en pasar a retiro, encarcelar y fusilar a militares que ellos consideraron incomodos o sospechosos de algo, así que supongo que los militares despedidos deben ser sospechosos para Maduro, gracias a Dios que en Venezuela no es legal la pena de muerte porque serían muchos los que se despedirían de este mundo enfrentando un pelotón de fusilamiento, Chávez en alguna oportunidad se quejó de su ausencia, sin embargo las condiciones de los detenidos políticos puede llegar a ser una condena de muerte lenta como la que le aplicaron al General en Jefe Isaías Baduel, por nombrar el militar de mayor rango fallecido en las mazmorras del régimen, eso fue un mensaje para todos los miembros de la fuerza armada que osaran cuestionar la dirección de la “revolución socialista, chavista y bolivariana”.
Haciendo revisión de los últimos días para tratar de entender las recientes acciones de Maduro, lo más destacado que encuentro es la torpe inhabilitación a María Corina y la respuesta que le explotó en la cara al régimen, Maduro no se esperaba que la Venezuela profunda despertara y se volcara a las calles para apoyar a la señora Machado con su mensaje de esperanza de un mejor país y que fuese tan contundente el apoyo que recibió del exterior, lo que ocurrió en Barinas tiene una doble lectura y una carga simbólica importante que seguramente fue interpretado puertas adentro en los cuarteles.
Barinas es el estado natal de Chávez, fue tierra sagrada para la religión chavista hasta que perdieron las elecciones a gobernador, ahí se fracturó el mito y no ha parado en su caída, las demostraciones de apoyo a María Corina son el testimonio que el mito y la leyenda de Chávez se evaporaron con toda su carga de machismo y en su lugar está emergiendo un matriarcado con voz firme y carácter, que transmite un mensaje positivo que engancha emocionalmente a una Venezuela que ha padecido demasiado y se está conectando con la idea del cambio.
Por supuesto que ese sentimiento que empieza a despertar tiene sus barrancos, nadie quiere una versión femenina del mesianismo chavista, para ello la líder de Vente Venezuela tiene que continuar transmitiendo su visión liberal de país contrastándolo con el comunero y socialista autoritario de Maduro.
Ya sabemos que las identidades políticas y más las decisiones electorales tienen mucho de emocional, pero lo importante es asociar el relato de cambio al sentimiento, colocar por delante el debate de las ideas dejando el corazón en ello.
En este momento no hay nada asegurado, las primarias tienen muchos enemigos afuera y adentro, las presidenciales de 2024 no tienen fecha y Maduro tampoco se siente seguro, entonces lo que nos queda es continuar impulsando la transición pacifica a la democracia con lo que tenemos hoy día que son las primarias, a los que se preguntan qué hacemos si Maduro las sabotea, la respuesta no la conozco pero estoy convencido que a Maduro le iría mal, muy mal.