Una familia australiana vivió una experiencia desgarradora durante sus vacaciones en Fiyi cuando su hija de 10 años, Bella, desarrolló una afección dolorosa a partir de una ampolla en el pie. El incidente llevó a Bella a padecer una condición conocida como síndrome de dolor regional complejo, considerada como una de las más dolorosas para la humanidad.
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El problema comenzó cuando el pie derecho de Bella se infectó y comenzó a hincharse. Los padres buscaron ayuda médica y los doctores diagnosticaron que la niña sufría de síndrome de dolor regional complejo, una condición crónica y sin cura que causa un intenso dolor crónico. El dolor se extendió a lo largo de toda la pierna derecha de Bella, lo que provocó una pérdida de movilidad. Actualmente, la niña se encuentra confinada a una cama y solo puede moverse en silla de ruedas.
La madre de Bella, Emma Macey, expresó su angustia al programa “A Current Affair”, calificando la condición de su hija como “la más dolorosa conocida por la humanidad”. Macey también reveló que no puede abrazar a su hija, ya que cualquier movimiento puede causarle más dolor.
Bella, por su parte, describió su experiencia como una combinación de dolores agudos, ardor y hormigueo, calificando la situación como insoportable. El dolor es tan intenso que no puede bañarse ni siquiera tocar su pie con un pañuelo, ya que cualquier contacto le provoca gritos de dolor.
Después de pasar cuatro semanas en un hospital y recibir 18 medicamentos diferentes, el cuadro clínico de Bella no ha mostrado mejoría. Como último recurso, la familia ha decidido llevar a la niña a Estados Unidos para recibir tratamiento. Sin embargo, se enfrentan a dificultades económicas, ya que no cuentan con los recursos necesarios para cubrir los gastos médicos.
La madre de Bella declaró que están dispuestos a hacer todo lo posible para asegurar la recuperación de su hija, incluso si eso significa vender su casa. Con el fin de recaudar fondos, la familia ha iniciado una campaña en la plataforma GoFundMe. Hasta la fecha, han logrado recolectar alrededor de 210.000 dólares australianos (140.000 dólares estadounidenses) de los 235.000 dólares australianos (156.000 dólares estadounidenses) necesarios para el tratamiento.