Cambio climático subterráneo, ¿un peligro silencioso en las grandes ciudades?

Cambio climático subterráneo, ¿un peligro silencioso en las grandes ciudades?

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La temperatura debajo de la tierra de las principales urbes del planeta está en aumento, dañando edificios, puentes y sistemas de transporte, de acuerdo a una nueva investigación. Cuál es la proyección de los expertos.

Por infobae.com

A medida que se calienta la Tierra debido a los efectos del calentamiento global, producido por la emisión de gases contaminantes generados por la actividad humana, hay un “peligro silencioso” que crece y acecha debajo de nuestras principales ciudades globales. Y los grandes edificios, puentes y sistemas de transporte no fueron diseñados para manejarlo.

Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Northwestern vinculó, por primera vez, el cambio climático subterráneo con el suelo cambiante debajo de las áreas urbanas. A medida que el suelo se calienta, también se deforma.

Este fenómeno hace que los cimientos de los edificios y el suelo circundante se muevan excesivamente (debido a expansiones y contracciones) e incluso se agrieten, lo que en última instancia afecta el rendimiento operativo y la durabilidad a largo plazo de las estructuras. Los investigadores también informan que los daños a edificios en el pasado pueden haber sido causados por las temperaturas tan altas registradas y esperan que estos problemas continúen en los años venideros, con las temperaturas en crecimiento.

Distintos estudios científicos alertan por las olas de calor debido al calentamiento global. (Getty Images)

El estudio se publicó en Communications Engineering, una revista de Nature Portfolio y marca el primer paper para cuantificar las deformaciones del suelo causadas por las islas de calor del subsuelo y su efecto en la infraestructura civil.

El cambio climático subterráneo es un peligro silencioso”, afirmó el doctor Alessandro Rotta Loria de Northwestern, quien dirigió el estudio. “El suelo se está deformando como resultado de las variaciones de temperatura, y ninguna estructura o infraestructura civil existente está diseñada para soportar estas variaciones. Aunque este fenómeno no es necesariamente peligroso para la seguridad de las personas, afectará las operaciones normales del día a día de los sistemas de cimentación y la infraestructura civil en general”, precisó el experto que es profesor asistente de ingeniería civil y ambiental en la Escuela de Ingeniería McCormick de Northwestern.

Y agregó: “Por ejemplo, la arcilla de Chicago puede contraerse cuando se calienta, como muchos otros suelos de grano fino. Como resultado del aumento de la temperatura bajo tierra, muchos cimientos del centro de la ciudad están experimentando asentamientos no deseados, de forma lenta pero continua. En otras palabras, no es necesario vivir en Venecia para vivir en una ciudad que se hunde, incluso si las causas de tales fenómenos son completamente diferentes”.

La refinería Shell Norco, en Norco, Luisiana, y los gases que emite a la atmósfera. (AP Foto/Gerald Herbert, archivo)

¿Qué es el cambio climático subterráneo?

En muchas áreas urbanas del mundo, el calor se difunde continuamente desde los edificios y el transporte subterráneo, lo que hace que el suelo se caliente a un ritmo alarmante. Investigaciones anteriores han encontrado que el subsuelo poco profundo debajo de las ciudades se calienta entre 0,1 y 2,5 grados centígrados por década.

Conocido como “cambio climático subterráneo” o “islas de calor bajo la superficie”, se sabe que este fenómeno causa problemas ecológicos (como agua subterránea contaminada) y problemas de salud (incluidos el asma y el golpe de calor). Pero, hasta ahora, el efecto del cambio climático subterráneo en la infraestructura civil ha permanecido sin estudiar y comprenderse poco.

“Si piensa en sótanos, estacionamientos, túneles y trenes, todas estas instalaciones emiten calor continuamente. En general, las ciudades son más cálidas que las áreas rurales porque los materiales de construcción atrapan periódicamente el calor derivado de la actividad humana y la radiación solar y luego lo liberan a la atmósfera. Ese proceso ha sido estudiado durante décadas. Ahora, estamos viendo su contraparte del subsuelo, que es impulsada principalmente por la actividad antropogénica”, sostuvo Rotta Loria.

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