La suspensión de la esgrimista ucraniana Olga Jarlan, descalificada de los Mundiales de esgrima por no haber dado la mano a su rival rusa, fue levantada, anunció este viernes la Federación Internacional de Esgrima (FIE), lo que le permite disputar la prueba por equipos a partir del sábado.
La FIE realizó además una enmienda en su reglamento, que ya no obliga a intercambiar un apretón de manos con el adversario, indicó Bruno Gares, miembro del Comité ejecutivo de la FIE, durante una conferencia de prensa.
La suspensión de la cuádruple campeona del mundo para toda la competición disminuía las opciones de su país en la prueba por equipos de los Mundiales, donde los puntos cuentan doble en la carrera de clasificación olímpica.
El presidente interino de la FIE, Emmanuel Katsiadakis, citado en el comunicado, explicó que el levantamiento de la suspensión fue decidido “tras consultas con el Comité Olímpico Internacional”.
Dadas las circunstancias excepcionales de su caso, el COI anunció por medio de una carta de su presidente, Thomas Bach, que guarda una plaza para la ucraniana en los Juegos Olímpicos-2024.
La FIE, con la modificación de su reglamento, se adapta así a una situación que no había previsto.
La víspera, el duelo entre Olga Jarlan y Anna Smirnova, que competía bajo el estatus de “deportista individual neutral”, fue el primero entre una representante de Ucrania y una rusa en el mundo del deporte desde el inicio de la invasión hace casi un año y medio.
El miércoles, Ucrania autorizó a sus deportistas a enfrentarse con deportistas rusos o bielorrusos, a condición de que estos últimos compitieran bajo bandera neutral, como recomienda el COI.
Anteriormente, los ucranianos tenían prohibido participar en competiciones en las que estuvieran ciudadanos rusos o bielorrusos, a excepción del tenis, donde los jugadores compiten a título individual.
En lugar de dar la mano a su adversaria después de haberla dominado en su duelo (15-7), Olga Jarlan presentó su sable para que entrechocasen las hojas, un gesto de saludo utilizado durante la pandemia de covid-19. AFP