Son bellas, pero altamente peligrosas. En el funcionamiento criminal del Tren de Aragua, la figura de la mujer juega un papel más que significativo. Los cabecillas de la megabanda venezolana tienen claro que necesitan de su seducción y astucia para seguir abriéndose paso en el mundo del hampa en Perú y otros países de la región.
Por: Infobae
Aunque en la mayoría de casos se les asigna roles de administración o logística, las también llamadas Muñecas de Aragua participan en acciones de gatilleo en las que dejan ver su total sangre fría, cuando se trata de asesinar a punta de pistola a algún miembro de una banda rival o trabajadora sexual que no quiera ceder a la extorsión.
“Les interesa poco o nada lo que es la policía, la justicia, tienen otro pensamiento delictivo. Son, incluso, más violentas y sanguinarias que muchos hombres. Eso me hace recordar el tiempo del terrorismo en el Perú, donde las mujeres terroristas daban el golpe de gracia”, dijo César Ortiz Anderson, analista seguridad y presidente de Aprosec, a Testigo Directo.
Estas peligrosas venezolanas tienen, muchas veces, el encargo de ‘cuidar’ a sus compatriotas que son captadas para la explotación sexual. Además, tienen la encomienda de servir de ‘cajeras’, recolectando el dinero del cobro de cupos por el uso de sus plazas de prostitución.
Para las autoridades peruanas y de otros países, las féminas del Tren de Aragua tienen esa posibilidad para infiltrarse por su belleza, lo calculadoras que pueden llegar a ser y por la forma en que pasan desapercibidas en su condición y atributos físicos.
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