El pontífice remarcó a los jóvenes que “son el futuro” y recorrió las 100 hectáreas en la que pernoctaron miles de seguidores antes de comenzar la celebración. “Es una cosa nunca vista en Portugal, una locura”, admitió el presidente luso.
Por infobae.com
El papa Francisco celebró este domingo la misa de la Jornada de la Mundial de la Juventud (JMJ) ante un millón y medio de jóvenes que habían pasado toda la noche en el parque Tejo de Lisboa y a ellos les pidió que “no tengan miedo” que “ellos son el futuro”.
Francisco salió antes de lo previsto para recorrer el campo en su papamóvil, continuando con las improvisaciones que han caracterizado su viaje. Ha ignorado los discursos preparados en favor de charlas espontáneas con jóvenes y sustituyó la plegaria formal por la paz en Ucrania en el santuario de Fátima, un lugar asociado desde hace mucho con las exhortaciones de paz y conversión en Rusia.
El Vaticano publicó después parte de la plegaria en la red social X, antes conocida como Twitter.
Al inicio de sus 10 años de papado, Francisco solía salirse del guion e ignorar sus discursos preparados, aparentemente inspirado por el momento para interaccionar directamente incluso con enormes multitudes de personas. En los últimos años se ha atenido más a los planes, especialmente en visitas a lugares donde los cristianos son minoría o el público podría no apreciar su estilo informal.
Pero en Lisboa ha vuelto a verse en terreno familiar, donde mucha gente puede seguir con facilidad su español natal y parece apreciar su forma más conversacional de comunicarse. El sábado por la noche, durante una vigilia vespertina ante 1,5 millones de personas, Francisco volvió a abandonar su discurso preparado y en su lugar ofreció consejos a los asistentes sobre viajar juntos en la vida y la fe, e instó a la multitud a gritarle respuestas.
“La única oportunidad, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba a abajo es para ayudar a levantarse”, les dijo Francisco.
En la mañana se guardó silencio y comenzó la misa que fue celebrada por el patriarca de Lisboa, el cardenal Manuel Clemente. Se encontraban presentes 30 cardenales, 700 obispos y 10.000 sacerdotes, mientras que el papa participaba en algunos momentos, debido a sus problemas de rodilla que le impiden caminar y leyó la homilía enfocada en los desafíos para los jóvenes.
“Amigos, también nosotros necesitamos algún destello de luz para afrontar la oscuridad de la noche, los desafíos de la vida, los miedos que nos asaltan, las tinieblas que frecuentemente vemos a nuestro alrededor. El Evangelio nos revela que esta luz tiene un nombre. Sí, esta luz, que ha venido a iluminar el mundo, es Jesús”, dijo el papa en la misa con que concluyen los actos de las JMJ.
A los jóvenes que ”cultivan sueños grandes pero frecuentemente ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces; a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse fracasados”, el papa les dijo: “No tengan miedo”.
Francisco recordó las palabras del papa san Juan Pablo II en su primera JMJ: “Son los jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, Jesús les dice: ‘No tengan miedo’”.
En su homilía, Francisco agradeció a los jóvenes su participación en el festival, calificándolos de “esperanza de un mundo diferente”.
También instó a la multitud a extender su “afecto y oraciones” a aquellos que no pudieron venir “a causa de los conflictos armados y las guerras”.
“Hay muchos de ellos en nuestro mundo. Al pensar en este continente, siento una gran pena por la querida Ucrania, que sigue sufriendo mucho”, añadió entre aplausos.
Con poca sombra en el parque, los peregrinos se protegieron del sol abrasador con sombrillas o tiendas improvisadas hechas con sábanas. La Agencia Estatal de Meteorología de Portugal ha decretado la alerta roja -su nivel más alto- para Lisboa el domingo debido al calor, con temperaturas que se prevé que alcancen los 41 grados Celsius (106 grados Fahrenheit).
“Una locura”
El presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, admitió su sorpresa por la multitudinaria movilización que ha acompañado al papa durante su visita a Lisboa. “Es una cosa nunca vista en Portugal”, una “locura” afirmó en alusión al millón y medio de católicos que arropan a Francisco en su misa de despedida.
“Me quedé sorprendido porque no pensaba que pudiéramos llegar. A los 500.000 sí, de 500 a un millón era difícil, pero más de un millón es una locura. Es una cosa nunca vista en Portugal e irrepetible”, admitió en declaraciones a la cadena pública RTP.
“Hay Websummits, hay reuniones internacionales, congresos con 20.000, 50.000 o 100.000 personas, pero no hay nada con más de un millón de jóvenes de todo el mundo”, insistió.
El presidente portugués , que ha acompañado estrechamente al papa desde que llegó a Lisboa el pasado día 2, celebró también la “energía” del pontífice, de 86 años, durante esta semana. “Comenzó cansado y se veía en las primeras mañanas porque el programa era muy fuerte”, dijo.
“La personas no tienen noción de lo que recibió durante estos días, pero a medida que el día avanzaba, iba entrando en una alegría, apartaba los papeles, decía lo que tenía en el corazón y se superaba”, afirmó.
Durante su visita a Lisboa, el papa ha oficiado varas ceremonias multitudinarias, se ha reunido con víctimas de abusos, representantes de otras religiones, jóvenes, enfermos y se ha desplazado al santuario de Fátima.
Tras la misa de despedida, Francisco se reunirá con voluntarios antes de regresar a Roma.