La detonación de la bomba atómica dejó sombras humanas impresas en las calles de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki que, 78 años después, siguen siendo un vivo recordatorio de la catástrofe.
A casi ocho décadas de la detonación de la primera bomba atómica en la ciudad japonesa de Hiroshima, la historia de la catástrofe sigue viva. El 6 de agosto de 1945, un impacto de 4.000 grados centígrados, equivalente a 13 toneladas de TNT, arrasaba por completo la urbe, matando a 140.000 personas, muchas de las cuales dejaron únicamente sus sombras atrás. Esta es la historia de esas personas cuyo recuerdo se mantuvo vivo con el paso de los años debido a las singulares “sombras de Hiroshima“. Te contamos qué son realmente y cómo se formaron.
EL CONFLICTO
A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, la primera bomba atómica, llamada Little Boy, estallaba a 600 metros del suelo en la localidad de Hiroshima, en Japón. La explosión, con un enorme poder destructivo, se llevaba por delante todo rastro de mobiliario de la ciudad, edificios, animales y personas. De hecho, en un radio de 1 kilómetro, hasta 70.000 personas se esfumaron de forma inmediata debido al calor y a la radiación de la bomba, dejando únicamente su sombra.
Se trataba de la forma en la que había decidido Estados Unidos dar por finalizada la Segunda Guerra Mundial. Y es que, aunque en un primer momento, la construcción de la bomba solo tenía como objetivo obtenerla antes que la Alemania nazi, ante la rendición de este país, el futuro del proyecto cambió. La mortalidad de la guerra no paraba de aumentar, por lo que los dirigentes norteamericanos determinaron que la detonación de la bomba sería la forma más limpia de detener el conflicto.
Las razones de los estadounidenses eran claras: con la bomba el número de muertes sería menor. Es la famosa teoría del “mal menor”. Sí, morirían muchos civiles y se destruirían dos ciudades enteras, pero esas muertes, afirmaban los norteamericanos, serían mucho menores que las que se producirían de no usar la bomba y dejar a la guerra evolucionar. Sin embargo, fueron muchas las personas en contra de este suceso y, aún a día de hoy, se mantiene como uno de los grandes dilemas de la ética y la moral.
LA BOMBA ATÓMICA
La bomba atómica opera basándose en un mecanismo llamado fisión, que consiste en la separación de núcleos de diferentes átomos. Se trata de un proceso capaz de liberar grandes cantidades de calor y de energía en un instante muy breve de tiempo. La reacción es la siguiente: un neutrón impacta contra un núcleo de un átomo pesado, por ejemplo uranio o plutonio, provocando una gran fuerza explosiva y repitiéndose el proceso en cadena o en bucle hasta que el elemento se agota. En el caso de la bomba de Hiroshima, ese núcleo fue el de un átomo de uranio 235, mientras que para la de Nagasaki, fue de plutonio 239.
Lea nota completa Aquí