Hay muchos detalles que resuenan en el asesinato confesado por Daniel Sancho en Koh Phangan. Suficientes como para que el caso se hubiera hecho con la actualidad mediática de Tailandia. Y, sin embargo, sorprende que los informativos locales han pasado por la historia casi de largo. Es como si la audiencia, normalmente muy ávida de noticias de sangre, no prestara atención a este relato.
Por El Confidencial
Quizá la razón del desinterés mediático de un crimen con tantos interrogantes sea que aquí lo macabro ha acabado siendo rutinario. El pasado mes de julio, por ejemplo, un ciudadano alemán fue encontrado descuartizado en una nevera y los principales sospechosos resultaron ser compatriotas suyos.
Y durante la primavera, el público acabó saturado informativamente con el caso de una mujer tailandesa que mató al menos a 14 personas envenenándolas con cianuro comprado por internet y que quizás acabe encabezando la lista de mayores asesinos en serie del país.
El desapego informativo puede ayudar a que el juicio al español sea más justo, ya que con los medios detrás la policía suele querer dar carpetazo cuanto antes a todo crimen que pueda mancillar la reputación turística de un país cuya capital es la más visitada del mundo. No obstante, es improbable que Sancho evite ser encerrado en una prisión tailandesa tras la confesión realizada, aunque con casi total seguridad no será ejecutado, pese a existir la pena de muerte en el país.
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