Edilia Castillo, docente jubilada y paciente oncológico en compañía de docenas de maestros jubilados, protestaron de manera pacífica frente a la gobernación del Táchira, donde con carteles en mano nuevamente exigieron el pago de las prestaciones de, al menos, 220 profesores.
Por Luz Dary Depablos / corresponsalía lapatilla.com
Desde hace más dos años, la profesora Edilia se ha visto obligada a cruzar la frontera hacia Colombia para poder acceder al tratamiento para combatir un cáncer de mama, pues en los hospitales públicos de Venezuela no existen estos medicamentos y debe hacer sacrificios para costear los traslados hacia la ciudad de Cúcuta.
“Nosotros los docentes y pacientes con cáncer en el estado Táchira, no tenemos una ayuda que nos provea de medicamentos y tratamientos, y si los hay tienen un costo de un paquete de 16 radioterapias en 4.500 dólares”, dijo Castillo.
“Nos estamos muriendo. Yo quiero disfrutar de lo poco o lo mucho que me den y aunque sea decir, fui a comprarme una barquilla, señor gobernador”, suplicó la profesora a Freddy Bernal.
Igualmente, recordó que dos de sus compañeros fallecieron en los últimos meses y no gozaron de lo que por ley les correspondía después de más de 30 años de trabajo.
Una docente murió en el Hospital Central de San Cristóbal “en condiciones precarias, porque no tenía dinero para comprar los medicamentos. Tuvo que recurrir a la colaboración de otras personas y a vendimias”, acotó.
La docente enfatizó que al igual que ella, otros 10 maestros jubilados o sus familiares directos enfrentan problemas de salud que ameritan de gastos elevados, y con los salarios que perciben no cubren ni los gastos de traslados.
Por otra parte, se conoció que funcionarios de la gobernación de Táchira habrían recibido a un grupo de representantes de estos jubilados a quienes les prometieron que “ya habían enviado los documentos a la Onapre en Caracas y pronto tendrían respuesta”.
Sin embargo, estos 220 maestros siguen con la incertidumbre de si se les reconocerá el monto correspondiente o el monto devaluado de sus prestaciones, pues para el momento que debían recibir el pago, el bolívar frente al dólar tenía un valor de 7 bolívares y en la actualidad, supera los 30 bolívares por dólar.
