Lapatilla
El Movimiento de Venezolanos en el Mundo es una organización sin fines de lucro con sede en los Estados Unidos de América, constituída por ciudadanos venezolanos mayores de edad, envió una respuesta al diario New York Times en relación al editorial de ese medio titulado “The Risks of One of the Most Severe Tools in America’s Foreign Policy Arsenal”
A continuación la carta íntegra:
Para: Consejo editorial The New York Times 620 Eighth Avenue
Nueva York, NY 10018
Asunto: Respuesta al editorial sobre las sanciones de EE. UU. a Venezuela “Los riesgos de una de las herramientas más severas en el arsenal de política exterior de Estados Unidos”
Estimado Consejo Editorial:
Los ciudadanos venezolanos políticamente involucrados en restaurar la democracia y la libertad en nuestro país utilizando todos los derechos de resistencia civil establecidos en nuestra Constitución, la cual ha sido severamente violada por los regímenes de Chávez y Maduro, hemos decidido compartir con ustedes nuestras preocupaciones sobre algunas ideas expresadas en el Artículo de Opinión del Consejo Editorial mencionado anteriormente.
Quisiéramos comenzar expresando nuestro agradecimiento por el apoyo que siempre ha mostrado al derecho de Venezuela a regresar a un gobierno democrático, y por ser una plataforma muy importante y ruidosa para quienes sufren en silencio en los hospitales y cárceles venezolanas, y para los que sufren. de nuestra diáspora dispersa por todo el mundo. Has mostrado al mundo con fotografías tomadas por Meredith Kohut y más recientemente por la fotógrafa venezolana Adriana Fernandez los horrores en los hospitales, en las escuelas y en la industria petrolera venezolana que tristemente hoy está destrozando el medio ambiente. Muchas gracias por eso.
Si bien apreciamos su reconocimiento de las dificultades que enfrenta el pueblo venezolano, creemos que hay varios puntos que se pasaron por alto en su análisis.
En primer lugar, hubiera sido útil definir las condiciones específicas que debería cumplir la dictadura venezolana para que se levantaran las sanciones estadounidenses. Por ejemplo, la liberación de los presos políticos, y la restitución de los derechos políticos a los precandidatos presidenciales inhabilitados por el régimen de Maduro para participar en las elecciones primarias de la oposición a realizarse el 22 de octubre. Asimismo, la concesión de un proceso electoral justo y libre para desafiar a Nicolás Maduro ha sido durante años el principal clamor de los venezolanos, incluidos los que hoy están en la cárcel y los que han perdido la vida en el intento. Creemos que al resaltar estos requisitos, el diálogo en torno a las sanciones se vuelve más integral y sienta las bases para posibles caminos hacia el progreso, como lo hizo en el caso de Sudáfrica durante los días del Apartheid.
Además, es importante señalar que la mayoría de las sanciones estadounidenses están dirigidas a miembros del régimen de Maduro que han estado implicados en violaciones de derechos humanos. Estos individuos, responsables del deterioro de las instituciones democráticas y la supresión de la disidencia, socavan los principios básicos de justicia e igualdad. Al mantener sanciones dirigidas específicamente a los violadores de derechos humanos, Estados Unidos envía un mensaje claro de que tales acciones son inaceptables y no serán ignoradas.
Además, debería haberle dejado claro al lector que la disminución de la producción petrolera venezolana comenzó antes de la imposición de las sanciones. Es esencial reconocer que la mala gestión y la corrupción que asolan la industria contribuyeron significativamente a este declinar. Ya en 1999, políticas que incluían despidos masivos en PDVSA, 20.000 trabajadores para ser específicos, la expropiación de la producción petrolera y una grave mala gestión llevaron a un deterioro gradual del sector. En consecuencia, el pueblo venezolano sufrió las consecuencias mucho antes de la imposición de las sanciones. Ver Don’t Blame Washington for Venezuela’s Oil Woes: A Rebuttal
Las sanciones de EE. UU., aunque provocan algunos daños colaterales, se dirigen principalmente a los responsables de abusos contra los derechos humanos, corrupción y erosión de los valores democráticos. Al mantener la presión sobre el régimen de Maduro, la comunidad internacional se esfuerza por crear un entorno propicio para elecciones justas y libres el próximo año 2024 como lo establece nuestra Constitución.
Realmente agradeceríamos que respondiera a nuestra solicitud de que The New York Times, como publicación respetable e influyente, continúe contribuyendo al discurso que rodea a Venezuela evaluando objetivamente las complejidades de la situación. Al arrojar luz sobre las condiciones que deben cumplirse para el levantamiento de las sanciones, enfatizar el carácter específico de estas medidas y reconocer las causas profundas del declive económico de Venezuela, que son principalmente la consecuencia de una dictadura con la agenda de permanecer en el poder independientemente de las penurias que impone al pueblo venezolano. Al hacerlo, estará contribuyendo a los valores mismos de la misión del NYT: “buscar la verdad y ayudar a las personas a comprender el mundo”.
Muchas gracias por su atención a este asunto. Esperamos que esta carta sirva como una contribución constructiva a la discusión en curso. Esperamos leer futuros artículos y editoriales que brinden una perspectiva más integral sobre la crisis venezolana. Esperamos ver pronto en sus titulares: “Venezuela eligió nuevo presidente y se avecina una transición pacífica a la democracia”
Les saluda atentamente,
Por el Movimiento Ciudadano Venezolanos en el Mundo
Humberto Calderón Berti | Presidente
Vladimiro Mujica | Vicepresidente
Ana Julia Jatar | Directora Ejecutiva