En 1995, quien se consolidaba como una de las artistas más exitosas de aquel tiempo, Selena Quintanilla, perdió la vida tras recibir un disparo por la espalda, propinado por Yolanda Saldívar, presidenta de su club de fans.
Saldivar le disparó por la espalda en un hotel de Texas, tras una discusión por supuestos robos que había cometido en la tienda de Quintanilla, la cual ella gerenciaba.
Selena murió desangrada y sus últimas palabras fueron el nombre de su asesina y el número de habitación donde ocurrió el crimen.
Tras el acto a Yolanda la condenaron a cadena perpetua por homicidio en primer grado, pero podría obtener su libertad condicional en 2025, según lo anunció recientemente un tribunal de Texas. Esto se debe a que ha mostrado un buen comportamiento durante los 25 años que lleva recluida en la cárcel de mujeres Mountain View Unit, en Gatesville. Sin embargo, esto no significa que vaya a salir automáticamente, sino que tendrá que solicitarlo y cumplir con una serie de requisitos.
La noticia ha causado indignación entre los fans de Selena, que siguen recordando con cariño a la llamada “reina del Tex-Mex”, que triunfó en los años 90 con canciones como Amor prohibido, Bidi bidi bom bom o Como la flor. Selena tenía solo 23 años cuando murió y estaba en la cima de su carrera, aspirando a ser una de las mayores exponentes de la música latina en Estados Unidos.
El padre de Selena, Abraham Quintanilla, ha declarado en varias ocasiones que no le importa si Saldívar sale o no de prisión, porque nada va a devolverle a su hija. Sin embargo, también ha expresado su temor por la seguridad de Saldívar, ya que ha recibido cartas de otras reclusas que amenazan con matarla si se mezcla con la población general de la prisión. Según Quintanilla, Saldívar vive sola en una celda y nunca ha admitido su culpa ni pedido perdón por lo que hizo.
La historia de Selena y su trágico final ha sido llevada al cine y a la televisión, despertando el interés de nuevas generaciones por su legado musical y cultural. Su figura sigue siendo un símbolo de empoderamiento para la comunidad latina y un ejemplo de superación personal. Su asesina, en cambio, sigue siendo una de las personas más odiadas y repudiadas por el público.