Según cifras oficiales, en Venezuela hay un poco más de cinco millones de pensionados, que reciben actualmente unos $4 mensuales, de acuerdo a la tasa de cambio oficial, por la pensión, así lo reseñó el DIARIO LAS AMÉRICAS.
Sin embargo, en el país sudamericano, que tiene la inflación más alta del mundo (439% interanual), un kilo de carne puede costar $7, en tanto que la canasta alimentaria se ubica en unos $392, según cifras del pasado mes de julio aportadas por entes privados.
A partir de 2013 la economía de Venezuela se fue al colapso debido a la caída de los precios del petróleo, que representa el 95% de los ingresos del país, así como al fracaso de las políticas socialistas implementadas desde 1999 por el fallecido Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro.
Producto de las continuas devaluaciones de la moneda local, el bolívar, y la emisión de dinero inorgánico por parte del Banco Central para paliar el déficit fiscal, en 2017 el país entró en una hiperinflación que se extendió hasta principios de 2021.
Ese año, la ONG defensora de derechos sociales Convite advirtió que el 86.9% de las personas adultas en Venezuela viven en situación de pobreza y que cada ocho de diez personas mayores de 60 años tiene esa condición. Paralelamente, el 70% de las personas mayores de esa edad cuentan con una pensión de vejez, pero el problema es que no tienen capacidad adquisitiva, reseñó VOA.
En el país sudamericano, la pensión es igual al salario mínimo mensual, pero resulta que el salario mínimo de Venezuela en la actualidad (unos $4) solo alcanza para comprar un litro de aceite comestible.
La realidad es que tanto los trabajadores como los pensionados venezolanos tienen sueldos de hambre.
Es común ver en las calles de Venezuela las protestas de trabajadores y pensionados para exigir una mayor retribución.
Los pensionados se han visto en la necesidad de reducir sus porciones de comida e incluso a saltarlas ante la imposibilidad de adquirir los alimentos. Y no solo es la alimentación, los adultos mayores tampoco pueden costearse la salud, ropa, zapatos y productos de aseo personal.
Más detalles en DIARIO LAS AMÉRICAS