Ha transcurrido casi una semana desde que comenzaron una huelga de hambre varios jubilados del holding de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), postrándose a pocos metros de la casa matriz de la estatal. El motivo de la protesta es que exigen el pago de sus préstamos sociales y tras recurrir a todos los canales regulares y no recibir respuestas, tomaron la decisión de manifestar así su inconformidad.
Por Pableysa Ostos/Corresponsalía lapatilla.com
La huelga de hambre la iniciaron cinco jubilados: Pablo Millán, jubilado tras 55 años de servicio; Francisco Díaz, jubilado tras 35 años de servicio; Hipólito Cedeño, con 44 años a la empresa; José Rodríguez, 48 años de servicio, todos de Siderúrgica del Orinoco (Sidor) Alfredo Maneiro. El quinto manifestante es Hugo Medina, jubilado con 62 años de servicio en Venalum y quien además es presidente de la Federación Asociaciones de Jubilados y Pensionados del estado Bolívar.
Hoy solo se mantiene en huelga de hambre Hugo Medina, quien con un collarín aún se percibe con cierta fuerza para declarar. La salud de los demás compañeros comenzó a resentirse ante las condiciones extremas que significa emprender este tipo de protestas. Algunos presentaron problemas con la tensión arterial.
“Llegamos a un punto de seis días, casi 530 horas, cuando tomamos esta decisión, aunque pacífica, pero extrema, en reclamo a todos los beneficios que hemos dejado de percibir, como son nuestras prestaciones sociales, que son de exigir vida inmediata, el derecho a la salud”, señaló Medina la mañana de este lunes 21 de agosto.
El jubilado expresó que el miércoles cuando iniciaron la huelga, el vicepresidente de la CVG, Alexis Rodríguez Cabello, se acercó hasta el lugar donde ellos mantienen la protesta y “quiso condicionar la protesta, diciéndonos que levantáramos la huelga y confiáramos en su palabra. Porque el 5 de abril nos reunimos con el presidente de la CVG y nos dijo que en 15 días tendríamos respuesta. Ha transcurrido todo ese tiempo y todavía no hemos recibido una respuesta”.
Agregó con frustración: “Imagínese, no nos dio respuesta el presidente de la CVG, cómo confiar entonces en la palabra del vicepresidente. Nosotros estamos muy viejos para eso”.
“Eso que usted dijo de que fue lo que nos mejoraron en la bolsa. ¿Cuál mejoría? Si nos dan una mortadela que no sabemos qué ingredientes traen, no sabemos cuál es la fecha de vencimiento, cuál es la fecha de elaboración. A mí me gustaría que se sentarán a comer una arepa con mortadela con nosotros, pero de esas que ellos dan (…) Cuando uno ha pasado por ahí, lo que es tener hambre, a qué le vas a tener miedo. Hay un refrán por ahí que dice: Si hablamos, nos matan; si nos quedamos callados, también nos matan. Por eso hemos decidido hablar para no morir callados”, dijo Hugo Medina.