Surgieron para ordenar los millones de mensajes que cada día pululan por las redes sociales, y las #etiquetas (hashtags) se han convertido en una recurrente herramienta para que los usuarios traten de dar visibilidad a sus publicaciones, pero los expertos inciden en la importancia de hacer un buen uso, evitar el abuso y desterrar las trampas.
¿Trampas? sí, recurrir a #etiquetas que nada tienen que ver con el contenido de un mensaje para intentar que alcancen una mayor exposición, y acudir para ello a los temas que son tendencia un día o a los hashtags más genéricos, virales y repetidos año tras año, como #FYP (acrónimo en inglés de “For Your Page”) o #viral.
Una argucia que según los expertos es cada vez más y mejor detectada por las redes sociales, capaces ya de saber cuándo una entrada está mal etiquetada y “forzada” con ese objetivo.
Mañana se celebra de forma oficiosa el “Día del Internauta“, que conmemora la publicación en 1991 de la primera web de acceso público -desarrollada por el británico Tim Berners-Lee en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN)-, y que coincide además con el día en el que el estadounidense Christopher Messina propuso abiertamente utilizar los “hashtag” en la red Twitter para agrupar y organizar los debates.
Espejo de los asuntos que más interesan a los internautas y más debate e interacciones generan en las redes, hoy son “tendencia” (“trending topic”) en España “Rubiales”, “#FelizMartes”, “#bienvenidascampeonas”, “Olga”, “RFEF”, “España” o “Federación”. En Estados Unidos lo son “Ravens”, “Chapman”, “Will Smith”, “Bochy” o “Tommy Phan”; y en Australia “CPAC”, “One Nation” o “#afldogseagles”, aunque entre las veinte primeras todavía figura “Congratulations Spain”.
El director de la agencia We Are Social -especializada en redes sociales-, Alberto Pachano, subrayó que las etiquetas deberían servir para ayudar a agrupar y entender los contenidos, pero se utilizan ya de forma muy diferente según el perfil de los usuarios, y observó que muchas marcas las usan para intentar que sus contenidos alcancen más exposición y recurren a “hasthags” genéricos o a los que son “tendencia” aunque no tengan nada que ver con sus mensajes.
Pachano señaló a EFE que en el universo de las redes sociales se ven cada día “verdaderos despropósitos” de etiquetas sin ninguna relación con el contenido del mensaje sólo por forzar que aparezcan en las conversaciones, y se refirió a cómo ha evolucionado el uso de esta herramienta durante los últimos años.
Así, en la red social X (antes Twitter) hace ya tiempo que no es necesario utilizar la almohadilla (#) de forma explícita para que un mensaje se incorpore a un tema de conversación, ya que la propia plataforma interpreta el contenido y “con mucha efectividad” lo incorpora dentro de un determinado asunto; pero es una práctica muy extendida todavía en otras redes sociales.
La directora de la empresa Hootsuite en España, Romina González, observó que las etiquetas pueden ser una “excelente” forma de localizar publicaciones y amplificar la visibilidad para quienes utilicen las redes como herramienta de mercadotecnia, y valoró en ese sentido el acierto de combinar las más populares, las relevantes y las propias de “marca“.
Muchas marcas, explicó a EFE la responsable de esta plataforma especializada en la gestión de las redes sociales, las utilizan para apoyar cuestiones sociales, para añadir contexto a una publicación, o para ayudar a sus seguidores a encontrarles, y para los particulares es “una buena manera de intentar que su contenido llame la atención”.
Y aunque muchos usuarios las utilizan de una forma “significativa y eficaz“, a su juicio hay un porcentaje muy importante de internautas que las utilizan de una forma indebida o que abusan de ellas, lo que diluye su finalidad.
Si se usan bien fomentan el sentido de “comunidad“, ayudan a los usuarios a localizar información relevante, amplifican el alcance de las publicaciones y conectan a personas con ideas afines; si se usan de una forma indebida -por ejemplo con etiquetas irrelevantes- el mensaje se diluye y los usuarios se confunden y se alejan, manifestó Romina González.
Algunas cuentas recomiendan utilizar entre 3 y 5 etiquetas en cada publicación, y los experimentos que ha realizado esta empresa han revelado que el uso masivo de estos “hashtags” -hasta treinta- no tiene ningún impacto especialmente positivo en la publicación.
Las etiquetas pueden ser muy útiles tanto para ganar seguidores como para establecer una imagen de marca sólida en las redes sociales, ya que pueden ayudar a aumentar la visibilidad y llegar a un público más amplio, aseguró la responsable de esta empresa, pero incidió en que “aunque pueden ser herramientas poderosas, es importante utilizarlas de forma estratégica y auténtica para que estén en consonancia con el contenido y los objetivos de la marca“. EFE