Con la entrada en vigor de la Ley de Servicios Digitales, el bloque comunitario busca combatir la desinformación, el odio en línea, la pornografía infantil y las falsificaciones.
Por infobae.com
Las mayores compañías tecnológicas del mundo desde ahora se enfrentan a un escrutinio legal sin precedentes en la Unión Europea, donde la nueva Ley de Servicios Digitales (LSD) ya entró en vigor con el objetivo de cambiar la forma de utilizar internet en el bloque comunitario.
Ahora, plataformas de redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook, y otros gigantes de la industria, deberán cumplir la nueva normativa que apunta a luchar contra contenidos ilícitos y apuesta por una mayor transparencia en la red.
De hecho, el gran propósito de la normativa es generar entornos en línea más seguros, y es por ello que obliga a estas empresas a implementar términos, condiciones y un mecanismo de apelación a decisiones de moderación de contenido “que pueda entender hasta un niño”.
La ley operará bajo la vigilancia de la Comisión Europea, que busca frenar la desinformación, el odio, la pornografía infantil o las falsificaciones en línea.
Qué cambia con la nueva Ley de Servicios Digitales
La LSD entró en vigor para regular las 19 principales redes sociales, sitios de comercio y motores de búsqueda que utilizan a diario decenas de millones de personas en el bloque comunitario.
Según expresó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la red social X, se trata de “proteger a nuestros hijos, nuestras sociedades, nuestras democracias”.
Y desde ahora se les exigirá a estos gigantes tecnológicos que informen de manera clara por qué recomiendan cierta información a determinados usuarios.
Hasta ahora, los sistemas de recomendación automatizados han decidido, basándose en los perfiles de las personas, lo que ven en sus feeds, pero gracias a la nueva normativa, esas herramientas pueden ser desactivadas.
Los 27 buscan que las personas tengan al menos otra opción para recomendaciones de contenido que no se base en sus perfiles y estas compañías deberán permitir que los expertos del recién creado Centro Europeo para la Transparencia Algorítmica, evalúen si su algoritmo cumple las distintas obligaciones requeridas por la normativa.
Adicionalmente, deben poner en funcionamiento una herramienta sencilla mediante la cual alerten a las personas sobre contenidos ilegales y tomar medidas más contundentes para contrarrestar la desinformación.
La LSD también prohíbe la publicidad dirigida según la orientación sexual, la religión, el origen étnico o las creencias políticas de una persona, e impone fuertes restricciones a la publicidad dirigida a los menores.
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