Barcos de la Armada de EE.UU. y de Filipinas han navegado juntos por primera vez en aguas del Mar de China Meridional cercanas a la costa occidental filipina, donde Manila y Pekín se disputan la soberanía de varias islas.
“Buques de la Armada de Filipinas y de EE.UU. llevaron a cabo navegaciones conjuntas ayer lunes en el mar de Filipinas Occidental (como Manila llama al Mar de China Meridional en aguas territoriales filipinas)”, confirmó este martes a EFE el portavoz de la Armada filipina, el capitán Benjo Negranza.
El ensayo entre Washington y Manila llega en un momento de elevada tensión entre China y Filipinas en el mar de China Meridional, que Pekín reclama casi en su totalidad y donde en los últimos meses la Armada filipina ha denunciado el acoso de barcos chinos a varias embarcaciones filipinas en la costa occidental de Palawán, al suroeste del archipiélago filipino.
El destructor estadounidense US Navy Alrleigh y la fragata filipina BRP Jose Rizal navegaron juntos en estas mismas aguas este lunes, donde realizaron además “maniobras de aproximación a otras embarcaciones”, precisó Negranza.
“Este ensayo busca dar una oportunidad para que la Armada Filipina y la Armada Indo-Pacífica de EE.UU. prueben y perfeccionen la doctrina marítima existente y demuestren sus capacidades de defensa en línea con el compromiso compartido de mantener la paz y la seguridad en la región Indo-Pacífica”, publicó la Armada filipina en un comunicado en redes sociales.
Desde su llegada al poder el año pasado, el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., se ha apoyado en Washinton en su disputa con China y ha permitido que EE.UU. incremente notablemente su actividad militar en el archipiélago, donde cuenta ya con acceso a nueve bases militares.
China y Filipinas mantienen un conflicto por la soberanía de varias islas y atolones en el mar de China Meridional, territorios que en su mayoría están a menos de 200 millas de la costa occidental filipina, límite establecido por la ONU para determinar la soberanía marítima de los estados en una convención a la que China se adhirió en 1996.
En 2016, la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya (CPA) determinó que la reclamación de China de las islas en disputa “no tiene base legal”, dando la razón a Manila, una decisión que Pekín se niega a acatar.
EFE