“Lo siento, perdón”: el discurso que Luis Rubiales nunca leyó tras el escándalo por el beso a Jenni Hermoso

“Lo siento, perdón”: el discurso que Luis Rubiales nunca leyó tras el escándalo por el beso a Jenni Hermoso

Rubiales descartó un discurso elaborado por el asesor de prensa de la RFEF (Reuters)

 

El ex dirigente de la Real Federación de Española de Fútbol se negó a interpretar el texto escrito por el asesor de prensa

“¡No voy a dimitir! ¡No voy a dimitir! ¡No voy a dimitir!”, repitió hasta en cinco ocasiones el ahora ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales el pasado 25 de agosto, cuando se presentó en la Asamblea Extraordinaria para emitir un discurso después del episodio que protagonizó con la futbolista Jenni Hermoso durante la entrega de premios de la final del Mundial de Fútbol Femenino.

Por Infobae

El ex directivo se había mostrado tajante en su postura de continuar en el cargo, incluso sus palabras fueron bien recibidas en el recinto con aplausos. La investigación continuó y el dirigente de 46 años finalmente renunció a su cargo días más tarde, sin embargo, recientemente se conoció que el discurso que brindó aquella vez no era el que inicialmente se había planeado.

Así lo confirmó el periódico español El Mundo. El medio en cuestión explicó que Rubiales desestimó un texto que había escrito el asesor externo de la RFEF, Luis Arroyo, que recientemente había sido contratado por la Federación para mejorar la imagen de su representante.

Si bien en ese escrito no estaba previsto que anunciara su renuncia inmediata, sí ponía la posibilidad sobre la mesa. Pero aunque Arroyo y el equipo de prensa intentaron convencerlo para que lo leyera, Rubiales se negó hasta último momento.

Ahora, el medio local publicó lo que decía ese discurso.

Siento mucho, desde de lo más profundo de mi corazón, haber empañado esa enorme victoria de nuestro equipo femenino (…) El primer error fue traspasar los límites de la confianza con la jugadora Jenni Hermoso. Ella sabe que no hubo mala intención, pero es evidente que lo que pretendía ser un gesto de alegría y felicitación se convirtió en un símbolo de dominio de un hombre en una posición de poder – yo mismo – sobre una mujer. Soy imperfecto, por supuesto, pero me tengo por un ciudadano respetuoso y jamás he aceptado gestos de violencia ni de dominio sobre ninguna mujer

El segundo error fue negar inicialmente la gravedad con que muchos apreciaron mi gesto, y calificar con algunos insultos a los que lo criticaron. Tras muchas horas de viaje, precisamente con las jugadoras y los técnicos de la Federación, no supe apreciar la sensibilidad social del momento. Ese fue el segundo error, sin paliativos. El tercero consistió en no apreciar tampoco al día siguiente lo inadecuado de mi comportamiento, y poner matices y excusas. Debí decir entonces lo que digo ahora con tres palabras: lo siento. Perdón (…)

Estoy completamente convencido de que no hay acto punible en mi conducta y así lo constataré si se me requiere. Pero es evidente que mi comportamiento fue inadecuado y reitero mis disculpas. Estoy a disposición del Área de Integridad de la Federación, que ha abierto ya diligencias internas.

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