El escándalo se desató en la madrugada del 14 de agosto de 2007 cuando el empresario venezolano Guido Antonini Wilson intentó ingresar una valija con 790.550 dólares en el aeroparque Jorge Newbery y una agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, María de Luján Telpuk, solo cumplió con su deber: le pidió explicaciones por el contenido de su equipaje. El avión provenía de Caracas.
Por: Clarín
Sin saberlo, Telpuk abrió una caja de Pandora que reveló la asistencia financiera que el régimen de Hugo Chávez enviaba al kirchnerismo y tuvo múltiples consecuencias, algunas cerradas y otros que siguen abiertas. El ex jefe de inteligencia del chavismo, Hugo “El Pollo” Carvajal, le dijo a la Justicia española que las valijas fueron en total 16 y por 21 millones de dólares.
“Mientras fui director de Inteligencia y Contrainteligencia Militar de Venezuela, recibí una gran cantidad de reportes señalando que este financiamiento internacional estaba ocurriendo. Ejemplos concretos, son: Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Lula Da Silva en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay, Ollanta Humala en Perú, Zelaya en Honduras, Gustavo Petro en Colombia, Movimiento Cinco Estrellas en Italia y Podemos en España”, sostuvo el ex jefe de inteligencia.
Por un lado, la entonces presidenta electa Cristina Kirchner reforzó su teoría conspirativa de que había sido una jugada de la administración de Barack Obama. Por otro, Antonini Wilson terminó, años después, convirtiéndose en colaborador del FBI, afirmando ante la justicia de EE.UU que la plata era “para la campaña electoral de Cristina Kirchner” y radicándose en Miami. En el camino, denunció a tres espías de Chávez que intentaron sobornarlo a cambio de su silencio. Y Telpuk comenzó una carrera de vedette que intentó llegar a la política.
De nada sirvieron esa madrugada, las llamadas del titular del OCCOVI y representante especial ante el chavismo, Claudio Uberti,al entonces presidente Néstor Kirchner o al entonces director de Contrainteligencia de la SIDE, Antonio Stiuso, para que ayudar a tapar el caso. En el kirchnerismo se quejaron porque el jefe de la base de la SIDE en aeroparque esa noche se habría quedado dormido y no dio “pase libre” a toda la multicolor delegación que viajaba en un taxi privado rentado por la empresa estatal ENARSA aunque siempre se sospechó que, en realidad, había sido la Casa Rosada.
En el avión viajaban ocho pasajeros: Uberti, su blonda secretaria Victoria Bereziuk (sobreseída por la Cámara Federal porteña), el ex titular de ENARSA Ezequiel Espinosa, además de los venezolanos Daniel David Uzcátegui Specht, Ruth Begrends Ramírez, Nelly Cardozo Sánchez y Wilfredo A?vila Driet. El kirchnerismo intentó cerrar la causa pero durante el gobierno de Mauricio Macri se reencauzó y, 16 años después, terminó con estas condenas.
Los venezolanos ni siquiera se presentaron a declarar como testigos y Antonini Wilson quedó prófugo de la Justicia y protegido por la Justicia norteamericana.
Ante la primera pregunta, Antonini Wilson respondió que llevaba libros. Telpuk insistió y el venezolano aseguró que transportaba “libros y unos papelitos”. En ese momento, la agente de la PSA decidió abrir la valija y descubrió el dinero
El fiscal general Marcelo Agüero había pedido 5 años de prisión para De Vido, y 4 años y 10 meses de prisión para Uberti, como coautores del delito de tentativa de contrabando de importación de divisas.
En relación a otro de los juzgados, Echegaray, la fiscalía pidió el sobreseimiento por “carencia de pruebas”.
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