Al menos 110 ejemplares de dos especies de delfín fluvial han sido hallados muertos en el río Tefé, uno de los afluentes del Amazonas, en una mortandad inusual por causas aún desconocidas que los especialistas atribuyen a la actual sequía y a las temperaturas récords en la Amazonía brasileña.
La mortandad “extrema y poco común” fue denunciada este viernes por el Instituto de Desarrollo Sustentable Mamirauá, una institución vinculada al Ministerio de Ciencia y Tecnología que desarrolla programas de desarrollo sustentable en Tefé, ciudad del estado brasileño de Amazonas.
De acuerdo con la organización, la mortandad se extiende por varios ríos amazónicos y tan sólo en el Lago Tefé, como es conocida la región en que este río se ensancha antes de desembocar en el Amazonas, han sido recogidos 110 cuerpos desde el pasado 23 de septiembre.
En su mayoría se trata de ejemplares de la especie delfín rosado (Inia geoffrensis) pero también hay ejemplares de la especie tucuxi (Sotalia fluviatilis), ambos cetáceos fluviales en grave riesgo de extinción.
“Aún es temprano para saber la causa de este evento extremo de mortalidad, pero de acuerdo con nuestros especialistas ciertamente está asociado al actual período de sequía y a las altas temperaturas del lago”, afirmó Miriam Marmontel, líder de investigadores en mamíferos acuáticos del Instituto, citada en un comunicado.
La especialista dijo que la temperatura medida en profundidades de hasta tres metros en el Lago Tefé, que por lo general es de 32 grados Celsius, llegó a subir hasta 40 grados en los últimos días.
El Instituto afirmó que está concentrando sus esfuerzos en descubrir las causas de la mortandad pero también en salvar los animales que aún están en el lago.
La mortandad elevó aún más el riesgo de extinción de estas especies. Según el último censo, en la década de 2010 había hasta 900 delfines rosados y 500 tucuxis en la región del lago Tefé.
La fuerte sequía que castiga la Amazonía brasileña, en donde las aguas de sus ríos están en niveles mínimos, también provocó el pasado miércoles la muerte de toneladas de peces en el Lago do Piranha, una laguna próxima a Manaos, capital del estado de Amazonas y la principal ciudad de la mayor selva tropical del mundo.
La mortandad fue atribuida a la fuerte bajada de los niveles de los ríos y a las temperaturas récord, que elevan la acidez de las aguas.
La actual sequía en la Amazonía, una de las más graves en los últimos años, amenaza el abastecimiento de alimentos, combustibles y hasta agua en 60 de los 62 municipios del estado de Amazonas.
Según la Defensa Civil de Amazonas, unas 80.000 personas están afectadas por la sequía, que se prevé que será más intenta y prolongada este año debido a que el fenómeno de El Niño está impidiendo la formación de nubes en la región.
La sequía también ha dejado 24 municipios aislados ya que la reducción del nivel de los ríos imposibilita la llegada de embarcaciones, el único medio de transporte en áreas sin carreteras ni pistas de aterrizaje.
La mortandad de peces coincidió con los récords de temperaturas registrados en la Amazonía. Según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), en Manaos los termómetros llegaron a marcar 38,7 grados Celsius el miércoles, con lo que la ciudad vivió el día más caluroso del año.
EFE