Decir simplemente NO sería lo más fácil a la irrupción del CNE. Y la siguiente jugada del régimen para tomar el control de la partida del ajedrez político de las primarias, en consecuencia, es su TSJ. No hay que ser el Gran Maestro ajedrecista Boris Spaski para ver esa jugada por adelantado. Allí no le quedaría más a la Comisión Nacional de Primarias (CNP) que correr o encaramarse. Este es un juego que desde el principio el régimen gana o gana a como de lugar.
Pero María Corina Machado (MCM) hizo algo que a todo el mundo sorprendió, incluyéndome. Fue a las primarias y se ganó el apoyo opositor mayoritario de los venezolanos, por encima de todas las expectativas. Eso la hizo más peligrosa para el status quo político que hoy representan el régimen y su oposición desvergonzada, por lo que es absolutamente indispensable para ellos cerrarle el paso, pero sin dañar las primarias, lo que sería muy mal visto por la Comunidad Internacional (ver mi nota anterior, No son las primarias, es María Corina, en https://ticsddhh.blogspot.com/
En otras palabras, lo único que tiene MCM para sacar del juego al régimen es la gente. Pero no gente para que salga a la calle a ponerle el pecho a las balas del régimen con solo un cartón para defenderse, sino gente que salga a votar masivamente por cambiar esta situación que nos afecta a todos. Pero eso es precisamente lo que no quieren aquellos que están tratando de detenerla. Desean que la gente se arreche ante el siguiente atropello que están tramando, para luego culparla de promover la violencia, de la cual son ellos los únicos culpables e instigadores.
Es por eso que el siguiente paso, o la respuesta que se debe dar a esta “oferta” envenenada del CNE tiene que ser muy estudiada y cuidadosa. La respuesta negativa es lo que están esperando para proceder.
¿Qué es lo que necesita el CNE para montar su trampa si controla las primarias? Tiempo. Necesita tiempo. En especial aquel que tiene que ver con la preparación del sistema automatizado que desean imponer, en contraposición al sistema de votación manual que ya se había decidido utilizar. Los centros adicionales, la seguridad, la presencia de los corresponsales e invitados internacionales, son la carnada de lo medular: el control de quien gana y pierde en las primarias, a través del “sistema electoral más seguro del mundo”, como lo bautizó Tibisay Lucena. Ese es el verdadero fondo de esa oferta sobrevenida.
El uso de las “captahuellas” y toda la parafernalia tecnológica alrededor va dirigida a establecer quienes votan, incorporando a los millones de personas ilegalmente inyectadas año tras año, al Registro Electoral desde hace ya casi 20 años –desde el 2004- cuando Jorge Rodríguez comenzó con este sistema de contar votos, utilizando a la empresa de maletín SmartMatic con sus máquinas de lotería. Un subproducto de ese uso es la actualización automática de la famosa Lista Maisanta, con la incorporación de la juventud opositora que no está en esa lista por razones obvias.
¿Puede negarse la CNP a ese bocado envenenado “ofrecido” casi a juro? No lo creo, pero lo puede intentar. Y me voy a atrever aquí a sugerir una manera de hacerlo que podría desmontar ese plan. No es ninguna fórmula secreta que me acabo de inventar, sino algo que he venido escribiendo desde hace años: si existen máquinas, estas deben ser auxiliares del conteo de votos, no las que cuenten los votos. En otras palabras, si el voto es con máquinas, el escrutinio debe ser manual. En consecuencia, la CNP deberá exigir que se abran y se cuenten el 100% de los votos contenidos en las urnas electorales o cajas, al cierre de cada mesa para que los testigos de todas las partes cuenten todos los comprobantes y los confronten con el resultado arrojado por las máquinas.
Como es del conocimiento general, el sistema automatizado del CNE contempla un sistema engañoso de “auditorías” que sustituyó por ley el escrutinio manual que venía realizándose desde tiempos de la democracia. Hace poco más de 10 años escribía una nota refiriéndome a ese detalle técnico, lo siguiente:
“En lugar de realizarse un proceso AUTÉNTICO de contar todos y cada uno de los votos de los venezolanos, como hacíamos en el pasado, ahora tenemos un proceso estadístico, de máquinas a las que estamos confiándole el destino del país. Y las máquinas dicen lo que el que las maneja quiere. Y nosotros no manejamos las máquinas del CNE, que de paso está parcializado por una de las opciones en pugna.
Al quedar un aproximado del 46% de cajas sin abrir, de acuerdo a este expediente estadístico, ¿cómo un testigo puede colocar su firma en un Acta para validar unos votos que no ha visto? ¿Cómo puede dar fe y atestiguar que lo que está en esa caja no auditada fue lo que imprimió y transmitió para su conteo final la máquina del CNE? Eso no pasaba antes, muchachos de las nuevas generaciones. Por más procesos de auditoría previa de máquinas que el CNE pueda realizar, en una máquina de la que se desconoce hasta la mínima especificación técnica, puede pasar cualquier cosa desde que se hizo su programación original con los testigos opositores, hasta su entrega en las mesas electorales. No se puede confiar en un organismo que ahora no permite ver el 100% de las cajas” (ver 100% de las Cajas, en https://ticsddhh.blogspot.com/
Si de verdad este proceso de primarias es propiedad de la oposición, esta puede perfectamente poner esa condición al CNE sin afectar la programación trucada que puedan implementar para esa elección primaria. Y si los precandidatos tienen los testigos que dicen tener, no deberían tener problemas con esa condición. Como sugiero en esa nota se abrirían “el 100% de las cajas y se cuentan uno a uno, frente a los electores, todas las cajas con los votos. Los testigos ponen sus firmas cuando chequean que efectivamente los votos coinciden con el resultado de las máquinas y LUEGO se transmiten los resultados y se cierra la mesa”.
Pero podríamos pedir un caramelo adicional como el sugerido: “hacer públicas las Actas en el sitio web del organismo en la medida que van llegando y se van sumando todas ellas al ir cerrándose las mesas en todo el país”.
De esa manera cualquiera podría ir tomando los datos del CNE de cada mesa cerrada y constatarla con la realidad del Acta firmada por los testigos –porque serían públicas al cierre- e ir sumándolas cada uno por su cuenta, porque todos sabemos sumar. “Al cerrarse la última mesa en el país, todos los venezolanos sabríamos de cierto quién ganó la elección a cualquier hora que esta se haya cerrado”. Y como decía en aquel entonces y que sigue vigente todavía: “No más esperas por el Presidente del CNE, no más “Primer Boletín”, no más Salas de Totalización para unos pocos, no más gallo tapado, no más máquinas al servicio del CNE sino del pueblo venezolano”.
No es tan complicado descubrir al régimen en sus fechorías, si es el pueblo el que cuenta sus votos, sin injerencia de nadie. Y eso es lo que ha sucedido hasta ahora con un organismo electoral al servicio del régimen. Este mismo procedimiento puede ser exigido el 2024 en las condiciones para ir a las elecciones presidenciales. Si el régimen se niega ante todo el mundo, habremos constatado que las máquinas vienen envenenadas. Entonces, si tenemos que usar máquinas, que sean al servicio del pueblo venezolano.
Caracas, 30 de Septiembre de 2023
Blog: TIC’s & Derechos Humanos,
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana