El derrumbe de un edificio multifamiliar -y la muerte, hasta el momento, de dos personas- en la noche del martes ha vuelto a poner el foco sobre el estado de las infraestructuras en el centro histórico de La Habana.
El colapso se produjo en dos fases, según la versión oficial. La primera tuvo lugar sobre las 23.30 hora local (03.30 GMT del miércoles) y la segunda se registró poco tiempo después, cuando los rescatistas y bomberos estaban trabajando en las labores de rescate.
En el bloque de viviendas residían 13 familias, con un total de 54 personas, según recogieron medios oficiales.
Las habitantes fueron evacuados en una escuela cercana y hasta el momento “no han habido evacuaciones de otros inmuebles colindantes”, según las autoridades locales.
Hasta las 18.00 local (22.00 GMT), el saldo es de dos bomberos muertos y un residente de 79 años desaparecido entre los escombros.
Los uniformados que perdieron la vida son Luis Alejandro Llerena, un joven bombero de 23 años, activo desde 2022, y Yoandra Suárez, de 40 años y 11 de experiencia.
“Muy doloroso confirmar el fallecimiento de dos jóvenes rescatistas mientras asistían a los afectados en el derrumbe de un edificio de La Habana Vieja: Yoandra y Luis Alejandro. Su heroísmo, probado en múltiples ocasiones, merece nuestro más sentido homenaje”, señaló el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en X (antes Twitter).
Operativo complejo
El área del suceso se encontraba acordonada y llena de policías, bomberos, ambulancias y maquinaria pesada para ir retirando kilos y kilos de cascotes. En las calles aledañas, algunos habaneros se aproximaron para recibir alguna noticia de sus vecinos.
La lluvia tampoco dio tregua este miércoles y complicó el trabajo de los rescatistas, quienes por momentos durante la tarde tuvieron que detenerse por la fuerza de las precipitación.
El jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuba, Luis Carlos Guzmán, dijo a la prensa que el operativo es “muy complejo” porque la edificación está totalmente colapsada por dentro.
Preguntado sobre el suceso, el primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia capital, Luis Antonio Torres Iríbar, se dijo “emocionado” por “la actitud” y “rapidez” de los bomberos.
“Ante el primer derrumbe, lo que hicieron ellos por rescatar, por ayudar a que la gente saliera, yo creo que esa actitud lo demuestra que hay dos bomberos rescatistas fallecidos (…)”, apuntó a la prensa.
Infraestructuras deficientes
El derrumbe parcial o total de los edificios antiguos del centro de la capital cubana -sobre todo después de la lluvia- no es una novedad.
Muchas construcciones multifamiliares en La Habana Vieja se encuentran muy deterioradas o al borde del colapso desde hace años.
“Algunos balcones (del edificio colapsado) estaban sellados. Yo he entrado ahí porque la dulcera a la que le compro los cakes (tartas) a los niños del cumpleaños, vive en el tercer piso, y ese edificio estaba apuntalado con madera”, contó a EFE Tamara Delgado, de 49 años y vecina del barrio.
El mal estado del multifamiliar, como muchos otros, ya era evidente a simple vista incluso antes del suceso.
En ese sentido, el jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuba reconoció que “la estructura ya tenía una parte colapsada” pero que, a pesar de eso, “sorprendió el derrumbe”.
El problema de la vivienda
La situación de la vivienda es uno de los principales problemas socioeconómicos de Cuba, particularmente en La Habana, la provincia más poblada con 2,1 millones de habitantes.
Según datos de 2021 citados por la web oficial Cubadebate, La Habana tiene 185.348 inmuebles en mal estado, de los que 83.878 necesitan una reparación parcial y 46.158 requieren una reforma capital.
Además, se necesitan 43.854 hogares para damnificados por derrumbes previos -y que residen en albergues estatales-, así como otras 11.458 casas por el aumento de la población en la ciudad.
Cuba, un país de unos 11 millones de habitantes, cuenta con más de 3,9 millones de viviendas de las que el 37 % se encuentran en regular y mal estado técnico, de acuerdo con cifras de 2021 de la Dirección General de la Vivienda.
Según cifras oficiales, el país necesita alrededor de un 20 % más de viviendas de las que tiene construidas en la actualidad y acumula un déficit de en torno a 800.000 casas.
El parque inmobiliario del país se encuentra deteriorado por la escasez de materiales y la falta de mantenimiento, frutos ambos de la crisis económica que arrastra el país y el azote de desastres naturales como huracanes.
EFE