Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, retiró los ahorros universitarios de su hija para ayudar a financiar borracheras de drogas y prostitutas durante meses, y aún no ha pagado los impuestos correspondientes, según revelan documentos desenterrados exclusivamente por DailyMail.com.
El despilfarro del primogénito se puso de relieve en los documentos de un denunciante del IRS que lo investigó por delitos fiscales, publicados por el Congreso el mes pasado.
A finales de 2018, Hunter estaba en su “penúltima odisea a través de la adicción en toda regla”, según sus memorias, merodeando en moteles de Connecticut y derrochando miles de dólares en prostitutas y cocaína.
Sus banqueros privados en Wells Fargo le enviaron un correo electrónico el 17 de diciembre de 2018 advirtiéndole que solo le quedaban 44 centavos en su cuenta, según los registros obtenidos por DailyMail.com de su computadora portátil abandonada.
Hunter respondió con una respuesta confusa, ordenándoles que transfirieran 20 mil dólares de la cuenta de ahorros para la educación de su hija Maisy. Les dijo a los administradores de patrimonio: “liquiden lo que puedan”.
En ese momento, Maisy, ahora de 22 años, estaba en su último año de escuela secundaria. Ella y sus dos hermanas mayores, junto con Joe Biden y la primera dama Jill, habían intentado realizar una intervención apenas unas semanas antes en la casa del presidente en Delaware para que Hunter volviera a rehabilitación.
Prometió ir, pero en cambio terminó fumando crack en un hotel, confesó en sus memorias de 2021, Beautiful Things.
Los correos electrónicos y mensajes de su computadora portátil muestran que el dinero que tomó de la cuenta de ahorros para la educación de Maisy se destinó en parte a pagar a varias presuntas prostitutas que lo visitaron en hoteles en los días siguientes, el préstamo de su automóvil Porsche 911, las tarifas de suscripción a la cámara web sexual y otros gastos personales.
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