Gerardo Lucas: No todo es malo

Gerardo Lucas: No todo es malo

Pocos venezolanos se han percatado de que algo bueno está sucediendo en estos predios, y es el hecho de que Venezuela está comenzando a pagar sus deudas, si bien, de manera sigilosa. 

Esto es extremadamente importante para nosotros, y para ayudarnos a entenderlo  basta con vernos en un espejo: el caso de Argentina. Este era un país próspero, como Venezuela, a principios del siglo XX era la economía más floreciente de América Latina, superaba a Brasil y a México. Pasó el tiempo, y entre los gobernantes populistas (Perón), las malas políticas económicas, el país se fue sumiendo en una deuda con acreedores externos. La deuda llegó a un punto en el que no pudieron pagarla y terminó en manos, como hoy Venezuela, de los fondos buitres. La deuda externa Argentina monta a 396.000 millones de dólares, equivalente al Ingreso Nacional del país de un año. 

Está formada por deuda pública externa 182.000 millones; deuda privada externa 134.000 millones; el resto, deuda con organismos multilaterales y bilaterales. Ha crecido progresivamente, ante la incapacidad de pagarla, desde el  2005 cuando alcanzaba 150.000 millones. El pago mensual de amortización es de 2.5 millones de dólares. Con una deuda o “mono” así, el país no puede echar pá lante. Por eso es importante vernos en ese espejo.





La deuda externa venezolana es desconocida gracias al escandaloso silencio que guarda el gobierno. Fuentes independientes la estiman entre 120.000 y 200.000 millones. ¡No muy preciso! El último dato oficial de la deuda pública externa se dio a conocer hace cinco años, y alcanzaba a 108.000 millones. Para el 2017 equivalía al 98% del Ingreso Nacional, y como este ha caído brutalmente, la Deuda Externa es muy superior al Ingreso Nacional, similar al caso argentino. 

Un estimado razonable aportado por CEDICE en su estudio Deuda Externa Venezolana por Demandas Arbitrales, apunta a que la deuda pública externa alcanza a 160.000 millones de dólares; la deuda vencida para junio del 2023 es de 90.000 millones, de los cuales, 30.000 como consecuencia de demandas por expropiaciones; Bonos de la Republica 51.000 millones; bonos PDVSA 49.000 millones. La deuda privada para el 2018, el BCV la estimaba en unos 20.000 millones, pero han pasado cinco años y habiendo caído el crédito privado, el nivel actual tiene que ser muy pequeño, en realidad insignificante. Gracias a Dios. 

La cancelación de la deuda externa se está realizando mediante cuatro iniciativas:

Primero, los Estados Unidos tienen como prioridad estratégica que Venezuela le exporte crudo, por razones del contexto político petrolero complejo y cambiante en el Medio Oriente. En consecuencia, el gobierno norteamericano le dio a la petrolera Chevron permiso para exportar a USA, con la finalidad de cobrar su deuda. Esta decisión ha dado resultados, concretamente, en los primeros seis meses del año, las exportaciones de Venezuela a USA pasaron de 212 millones de dólares en 2022 a 1.396 millones de dólares, como consecuencia del llamado efecto Chevron.

Segundo, en esa misma línea se está apuntalando la infraestructura petrolera para permitir aumentos en la producción. Dentro de esta estrategia, el Departamento del Tesoro a finales del 2022 le dio autorización, con restricciones, a las cuatro más importantes compañías de servicios petroleros; Baker Hughes Holding LLC, Halliburton, Schlumberger Ltd. y Waterford International, para realizar operaciones con PDVSA. La exportación petrolera está creciendo y hoy en día se estima en 800.000 barriles diarios.

Tercero, la noticia de la venta de las acciones de la CITGO en Estados Unidos, para pagar a acreedores de Venezuela, significa poder reducir las deudas entre 32.000 y 40.000 millones, que es el estimado de su valor en subasta. 

Cuarto, la República Popular China le ha prestado a Venezuela 62 mil millones de dólares, créditos respaldados con petróleo, de los cuales aún debemos unos 20 mil millones. Las exportaciones de petróleo a China, no registradas, y disfrazadas como crudo de Malasia, han crecido de 300 mil barriles diarios en 2022 a 430 mil en lo que va de 2023. Esto explica porque Xi Jinping invitó recientemente a Maduro a Pekín, porque ve la posibilidad de venderle nuevamente todo tipo de productos y hasta ponerle un venezolano en la luna. 

Hay que seguir de cerca los acontecimientos. Como el país no tiene crédito y no puede endeudarse, ira pagando con petróleo y activos, de forma que cuando retorne la democracia, esta podrá arrancar con el pie derecho.

Economista/ Master en Finanzas/Historiador. https://gerardolucas.wordpress.com/