Matrimonio israelí sobrevivió más de 20 horas en manos de Hamás gracias a una ingeniosa estrategia

Matrimonio israelí sobrevivió más de 20 horas en manos de Hamás gracias a una ingeniosa estrategia

La mujer narró aún sorprendida a Cleverly todo lo que hizo para distraer a los terroristas y ganar tiempo hasta que llegaran las fuerzas de seguridad (X: @JamesCleverly)

 

 

Rachel y David Edery, un matrimonio de 60 años, fueron sorprendidos el sábado por los terroristas de Hamas, cuando invadieron la ciudad de Ofakim, a unos 25 kilómetros de Gaza, e ingresaron a su casa.





Por Inés Ehulech | Infobae

Al igual que ocurría en ese momento en tantos otros kibutz y ciudades cercanas, los atacantes entraron por la fuerza y cometieron las peores masacres.

Sin embargo, el caso de los Edery fue distinto. Tras pasar 20 horas cautiva de cinco terroristas en su propio hogar, la pareja logró ser rescatada por las Fuerzas de Seguridad y, todo, gracias al ingenio de Rachel.

Desde un primer momento, la mujer supo que la única manera de salir con vida de aquella situación era distrayendo a los terroristas para ganar tiempo. Es por ello que se dedicó, durante las largas horas, a servirlos y atenderlos, incluso cocinándoles, sirviéndoles café y pollo, y curando sus heridas, según relató este miércoles al ministro de Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, durante su visita a la zona.

Al principio, “le dije que fuera a descansar a la cama de mi hijo [Eli, policía]. Hice un torniquete y le apreté el brazo, le puse una venda y le dije que se fuera a dormir”, comenzó narrando sobre su intercambio con uno de los cinco terroristas, a quien también le ofreció agua y comida.

“Le dije ‘Beeq maya’ (quieres agua) y me dijo ‘sí’. Le serví agua y le dije ‘vete a descansar, vete a dormir’”, continuó.

Sin embargo, al cabo de dos horas, la ayuda aún no había llegado y Rachel sabía que necesitaba cambiar un poco su estrategia para no llamar la atención de los terroristas. Fue entonces que advirtió a uno de los atacantes que se veía pálido y, por tanto, le ofreció “un poco de ananá, para que suba el azúcar en tu cuerpo”.

“Le dije ‘toma, ven, siéntate a mi lado que te voy a dar ananá y, a lo mejor, así te sube el azúcar. Toma un poco de agua y acuéstate”, insistió.

Claro que ella debió probar primero la fruta para demostrar que no estaba envenenada, pero, al hacerlo con gran tranquilidad, logró nuevamente transmitir confianza y éste accedió a comer.

Esto le permitió ganar un poco más de tiempo, pero no el suficiente. Al dar las 16:00 horas en el reloj, sabía que necesitaría de una última estrategia para seguir con vida y fue entonces cuando recurrió a uno de los instintos más básicos de todos.

“Tal vez tienen hambre y, si tienen hambre, me matarán”, pensó en aquel momento e inmediatamente los convenció para ponerse manos a la obra. “Les preparé pollo, les ofrecí café”, dijo sin aún poder creerlo.

Los terroristas rápidamente cayeron en la trampa y se sentaron a comer en distintos lugares en ambos pisos de la casa. Mientras esto ocurría, sin embargo, su hijo finalmente llegó a la casa con un equipo de especialistas que participaron del rescate.

Un primer enfrentamiento tuvo lugar en la entrada de la casa y, a continuación, se dio un intercambio de disparos que acabó con los cinco terroristas muertos.

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