Este viernes 13, el segundo de 2023, coincidió con el mes en que algunos celebran la víspera del Día de Todos Los Santos o Halloween (All Hallow’s eve en inglés). Ya de por sí el viernes 13 está asociado a la mala suerte, más aún, un viernes 13 en el mes de octubre será una fecha que para los supersticiosos tendría mayor importancia. En la era moderna, el viernes 13 ha sido una fecha infame: el viernes 13 de septiembre de 1940, la Alemania Nazi bombardeó el palacio de Buckingham; el viernes 13 de noviembre de 1970, el ciclón Bhola abatió a más de 300.000 personas en Bangladesh; el viernes 13 de octubre de 1972, el vuelo Uruguayo 571, con destino a Chile, se estrelló en los Andes (ese mismo día, un vuelo ruso de Aeroflot se estrelló a las afueras de Moscú, 174 personas murieron en el peor accidente aéreo en la historia de Rusia); el viernes 13 de septiembre de 1996, el rapero Tupac murió en el hospital, seis días después de ser abaleado en Las Vegas; y, el viernes 13 de marzo de 2020 marcó el inicio oficial de la pandemia en EE.UU., entre otras tragedias que coinciden con un viernes 13. Este viernes 13 puede que no marque un evento específico que sea particularmente tenebroso, pero solo hace falta leer las noticias para evidenciar una oleada de pronósticos de terror. Les invito a entretener el siguiente relato escalofriante de lo posible en el escenario internacional de hoy, un relato hitchcockiano (Alfredo Hitchcock, famoso director de películas de suspenso que nació casualmente el viernes 13 de agosto de 1899) sobre el peligro inminente que proyectan las acciones reales de Irán, Rusia y China.
Medio oriente
Luego de que el pasado 18 de septiembre el Gobierno de EE.UU. negociara la liberación de 5 de sus ciudadanos que permanecían detenidos en Irán, el régimen islámico logró acceso a más de $6.000 millones en fondos congelados en bancos en Corea del sur. Los fondos fueron transferidos a Catar, quien estará encargado de aprobar el uso de los fondos por parte de Irán, exclusivamente para uso humanitario. El régimen de Catar, que a través de corrupción doblegó a la FIFA, infiltró el Parlamento Europeo y se libró de sanciones por violaciones de derechos humanos, ese mismo régimen, será el garante del uso adecuado de más de $6.000 millones por parte de Irán. Los planes del Ayatollah Ali Khamenei de destruir Israel ahora están a su alcance. Mientras que Israel se prepara para una incursión terrestre en Gaza (al sur de Israel) para destruir a Hamás, los iraníes incrementarán el suministro de misiles y drones a Hezbollah, que opera desde Líbano, al norte de Israel.
Actualmente, Israel cuenta con 170.000 soldados activos y unos 400.000 reservistas. A la fecha, Israel ya hizo un llamado para que 360.000 de esos reservistas se movilicen en respuesta al ataque de Hamás del pasado 7 de octubre. Hamás cuenta con alrededor de 30.000 combatientes con experiencia. En Gaza, toda la tecnología avanzada de los israelitas no servirá de mucho. Hamás tiene más de 15 años preparando túneles y a la población entera para un asedio israelí y el combate urbano. Unos 2 millones de personas en un espacio de 365 km2. Para poner en contexto la carnicería que se avecina, en 2004, en Irak, las fuerzas de la coalición de aliados y EE.UU. perdieron más de 700 soldados (110 murieron y 600 fueron heridos) en la batalla por la ciudad de Fallujah, una ciudad de 250.000 habitantes y 3 km2, en donde se enfrentaron a solo 3.000 combatientes. Un estimado extremadamente conservador apuntaría a una pérdida de al menos 10.000 soldados israelitas (abatidos o indispuestos), en Gaza solamente. Al norte de Israel espera Hezbollah, con unos 100.000 combatientes experimentados. Y si bien el domo de hierro de Israel a la fecha ha tenido un éxito del 90% en derribar misiles de corto alcance de Hamás (unos 5.000 lanzados en la última semana), el sistema de defensa también se enfrentará a un asedio de misiles desde el norte, y Hezbollah tiene más de 120.000, de distintas variedades, almacenados. En el caso que EE.UU. logre rellenar las municiones del domo de hierro de Israel a tiempo, igual estaríamos ante un escenario en donde al menos 12.000 de esos misiles si alcanzarían sus objetivos. Todo este panorama sin que Irán se involucre directamente con sus más de 610.000 soldados activos y 350.000 reservistas.
Ante un escenario en donde Israel ya no figure como potencia militar en el medio oriente, veríamos un balance de poder entre Irán y Arabia Saudita. Arabia Saudita, por su parte, podría traer bajo su control a Baréin, Kuwait, Omán, Catar, Yemen y los Emiratos Árabes Unidos, a través del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo. Mohamed Bin Salman podría realizar su sueño de una moneda única entre los países del golfo, con un banco central en Riad. Ambos bloques dominarán el medio oriente sin presencia de grandes potencias de occidente. Arabia Saudita contaría con China (su mayor socio comercial) como padrino geopolítico e Irán mantendrá sus estrechas relaciones con Rusia, a quien le provee drones para su guerra en Ucrania. Finalmente, Turquía terminaría de tomar control del norte de Irak y Siria, sin resistencia, ante un Assad debilitado y un Gobierno de Bagdad abandonado por EE.UU. (como abandonó al Gobierno afgano). Y todo ocurrirá mientras muchos a nivel mundial mantengan su apoyo a los terroristas palestinos y pretendan que todo fue una serie de sucesos que tenían dos caras de una moneda.
Espacio soviético
A la fecha, ya es una realidad que Putin logró restaurar el Cáucaso como anexo del imperio soviético. Hoy ya hay más de 5.000 soldados rusos en 5 bases militares en territorio ocupado en el país de Georgia. En Armenia, en la base militar rusa 102, Moscú mantiene 3.000 soldados y 74 tanques, 17 vehículos de combate de infantería, 148 vehículos blindados de transporte de tropas, 84 piezas de artillería, 18 cazas MiG-29 y varias baterías de misiles antiaéreos S-300. En Azerbaiyán, Moscú tiene 2.000 soldados en la región de Nagorno-Karabakh, y son los rusos garantes de seguridad de los corredores comerciales que conectan a Armenia y Azerbaiyán al mar Caspio. En Moldova, Rusia mantiene 1.500 soldados en la región separatista de Transnistria, al sur-oeste de Ucrania. Y por supuesto que Bielorrusia es simplemente un estado vasallo del Kremlin y Ucrania está siendo parcialmente ocupada por Rusia.
A la fecha, se estima que Rusia ha perdido alrededor de 300.000 soldados en Ucrania (120.000 abatidos y otros 180.000 heridos); Ucrania, por su parte, ha perdido alrededor de 200.000 soldados (80.000 abatidos y 120.000 heridos). A simple vista, los ucranianos van ganando, pero a largo plazo es una matemática insostenible para los azules y amarillos. El gobierno de Kiev solo cuenta con un total de 500.000 soldados activos y reservistas, mientras que el Kremlin tiene a su disposición más de un millón 300.000 combatientes. El inicio del invierno y consiguiente aumento en el precio del petróleo (que se sumará al aumento de precio por el conflicto en el medio oriente) y el arribo de las municiones de artillería provenientes de Corea del norte, debilitarán no solo las defensas ucranianas con un bombardeo constante, sino también la voluntad de Bruselas de mantener las prohibiciones de compra de energía rusa.
La falta de consenso en el Congreso en Washington demorará la aprobación de cualquier envío de armamento a Ucrania e Israel. Ya hoy le tardaría a la industria de EE.UU. más de 5 años en rellenar sus almacenes de municiones (hoy Ucrania utiliza en 48 horas lo que EE.UU. demora más de un mes en producir). Putin logrará que Zelensky se siente a la mesa de negociación y Ucrania perderá fe en la OTAN y la Unión Europea, regresando a ser un Estado corrupto influenciado por Moscú.
Indo-pacífico
Kim Jung Un, el líder misterioso de Corea del norte, viajó a Rusia el pasado 13 de septiembre. Es público y notorio que Vladimir Putin cortejó a Kim, para lograr acceso al suministro más grande de municiones de artillería que existe en el mundo y ha existido en la historia. Lo que no se mencionó en los medios de comunicación, es que Kim Jung Un también tuvo su lista de peticiones que presentó ante Putin, entre ellas: tecnología de submarinos de propulsión nuclear, tecnología para misiles balísticos y lanzamiento de satélites, y plutonio. El pasado 4 de octubre, el régimen de Corea del norte apagó los reactores del complejo nuclear de Yongbyon, acción necesaria para extraer el material radiactivo para producir armas nucleares. Se espera que en los próximos días los sismólogos detecten en la escala Richter una explosión nuclear subterránea. Cuando esto suceda, se iniciará una cuenta regresiva, en donde Corea del sur tendrá que decidir si permitir que su enemigo del norte alcance nuevas capacidades bélicas o terminar el conflicto que inició hace 70 años, mientras aún tiene las capacidades para resultar victorioso.
Ya hoy se estima que, si China invade Taiwán, EE.UU. agotaría sus misiles en defensa de la isla en tan solo una semana; prevalecería, pero quedaría completamente expuesto. Ante un escenario en donde EE.UU. tenga que apoyar a aliados en Europa, el medio oriente y Asia, las capacidades militares y de defensa del tío Sam estarían gravemente debilitadas.
Una vez todas estas fichas caigan por inercia, el perverso ajedrez geopolítico mostrará la faja tectónica que divide al mundo entre los tiranos y los amantes de la libertad, una división indistinguible cuando las llamas conviertan todo en cenizas. Y será entonces que inicien las pesadillas en las conciencias de los indiferentes. La historia será más rotunda que la muerte en su castigo a las almas de los cobardes que no se decidieron en defensa de la libertad.