Gustavo Amaya es un joven que nació para brillar y su triunfo en Europa lo confirma. Su trayectoria está marcada por pasos firmes, giros inesperados y una destreza imponente que lo llevaron a alcanzar el nivel más elevado de su profesión hasta ahora. Con humildad, buena actitud y esfuerzo forjó una trayectoria que le abrió puertas como bailarín clásico y miembro del Ballet de Barcelona.
Tarragona fue el escenario del prestigioso evento “All Dance Europe” donde el venezolano obtuvo el primer lugar en las categorías Profesional de Ballet Clásico y Danza Contemporánea del concurso. El espectáculo de su repertorio apenas abre el telón, su pasión no dejará de crecer, su éxito tampoco y La Patilla es testigo en primera fila de una historia que se desprende al ritmo de un criollo ejemplar.
Por: Elizabeth Gutiérrez | lapatilla.com
Desde muy pequeño, Gustavo descubrió su amor por la danza en el seno de una familia de artistas, rodeado de músicos y hábiles artesanos de madera. Su viaje en el mundo de la danza comenzó a la tierna edad de cuatro años, y desde entonces ha moldeado su camino en las más prestigiosas escuelas, como la Fundación Ballet Arte, Ballet Clásico Rita Dordelly, Fundación Ballet de las Américas y el Centro Integral de Danza. En 2021, egresó de la Fundación Ballet de la Mar Núcleo Nina Novak, lo que consolidó su destreza en las artes escénicas.
Su determinación de emigrar de Venezuela, se remonta apenas a finales del año pasado, cuando optó por tomar un nuevo curso, uno que marcaría su vida.
“Tomé la decisión en conjunto a mi familia de emigrar y buscar un siguiente nivel en mi carrera, ya que bueno, mi país Venezuela, no me estaba brindando las posibilidades y las oportunidades para seguir desarrollándome como artista”, explicó. Su determinación lo llevó a enviar 273 audiciones a compañías de danza en todo el mundo, desde Colombia hasta Austria.
Austria se convertiría en su primer destino, con la audición de Europa Ballet en Sankt Pölten, a las afueras de Viena. Aunque se le ofreció la posición de aprendiz, Amaya enfrentó un gran obstáculo que lo llevó a establecerse en Barcelona, España. “Se me hizo muy difícil aceptar esta propuesta, ya que en Sankt Pölten hablan alemán y yo no manejo el idioma”, relató.
Un ascenso vertiginoso
Fue en Barcelona donde comenzó su ascenso hacia el éxito. Participó en el programa de Alto Rendimiento de Bailarines del PAR Dansa, en la Facultad de Terrassa, y pronto recibió una emocionante oferta para unirse al Ballet de Barcelona como aprendiz de la compañía.
Actualmente, con gran orgullo, compartió que ha sido promovido al cuerpo de baile, un logro que marca un hito en su vida y lo llena de ánimo para seguir adelante. “La verdad es que estoy súper contento porque es un siguiente nivel en mi carrera profesional, el cual me mantiene súper motivado”.
Pero ¿cómo logró este joven aragüeño convertirse en miembro del Ballet de Barcelona? Su determinación y talento brillaron desde el principio. Desde Venezuela, envió su material audiovisual, videos de sus actuaciones, fotografías y su currículum a la compañía para la preselección de las audiciones.
“Estando en España, justo cuando regresé de Austria, el director artístico de la compañía del Ballet de Barcelona me invitó a una clase y me ofreció una plaza para formar parte del enorme equipo de profesionales”.
Y cada jeté en la compañía no ha pasado desapercibido, pues en poco tiempo se convirtió en un bailarín sobresaliente. Con entusiasmo, Gustavo mencionó que está por estrenarse como protagonista en el ballet “Narcisa”. “A pesar de que actualmente soy miembro del cuerpo de baile, me han escogido para protagonizar un nuevo ballet y la verdad es que estoy súper feliz”, dijo.
Además, interpretará otros roles de solista en la programación de la próxima temporada, que incluye el papel del padre de Michigan en el ballet “Chronos”. Estos logros son el resultado de su esfuerzo, dedicación y pasión por la danza. Como él lo describe con emoción, “parecen sacados de un sueño”.
Bajo los reflectores
Brillar en los escenarios de Europa requiere de talento, compromiso y capacidad de adaptación. Justamente, salir de su zona de confort lo condujo a enfrentarse a uno de sus mayores retos fuera de su país natal: El idioma. Aunque, está claro que esta condición no detiene sus pasos hacia el triunfo y se esfuerza cada día para aprender.
“A pesar de que me encuentro en España, en la compañía todo se trabaja en inglés, ya que hay muchísimas nacionalidades. Hay japoneses, ingleses, canadienses, filipinos, franceses, italianos, portugueses. Hay personas de todo el mundo dentro de la compañía, así que las clases, los meetings, correcciones, son en inglés. Y siento que, hasta el momento, lo más difícil ha sido el idioma. Ya gracias a Dios he podido ir adaptándome y bueno, poco a poco me he sentido más cómodo con el inglés”, manifestó.
Su ímpetu, dedicación y habilidad artística fueron premiadas en la más reciente edición de “All Dance Europe”, un prestigioso evento celebrado en Tarragona, España. En un campeonato donde hubo más de 1.200 inscritos de diferentes nacionalidades, este criollo audaz obtuvo el primer lugar en las categorías de Profesional de Ballet Clásico y Danza Contemporánea del concurso.
En la voz de Gustavo hubo un estallido de entusiasmo al revelar que momentos previos al espectáculo se encontraba ansioso y al mismo tiempo muy emocionado. “Estaba compitiendo con personas con muchísimo nivel, graduadas de las mejores escuelas del mundo y la verdad es que me sentía muy nervioso, pero también estaba enfocado y concentrado, porque me había estado preparando durante muchísimos meses para este concurso”.
A su vez, dejó en evidencia su nobleza y gratitud al ser galardonado en un evento tan importante. “Para mí el ‘All Dance Europe’ ha sido una plataforma que me ha abierto muchísimas puertas. Haber ganado esta competencia y convertirme en campeón europeo de ballet clásico y danza contemporánea es todo un sueño hecho realidad, no solo para mí, sino también para mi familia que siempre ha estado apoyándome y creyendo en cada paso que doy”.
“La verdad es que en un principio me costó asimilar todas las cosas maravillosas que me estaba brindando la competencia, haber obtenido los primeros lugares en ambas categorías y me encuentro muy feliz y defino esta experiencia como un sueño hecho realidad”, agregó.
Rutina, dedicación y superación
Pero detrás de este triunfo se esconde una historia de esfuerzo, dedicación y superación digna de admiración. La exigencia que Gustavo se impone para alcanzar sus metas es, sin duda, el motor de su éxito. Con una rutina intensa que comienza a primeras horas de la mañana, este apasionado del ballet prepara su mente y cuerpo para perfeccionar su técnica y elevar su arte a nuevas alturas con el apoyo de los mejores.
“Me encuentro trabajando bajo la dirección de maestros increíbles que tienen una trayectoria y un conocimiento inmenso, y me están haciendo crecer y evolucionar no solo como artista sino también como ser humano”, señaló.
Después de ganar este prestigioso reconocimiento, este noble aragüeño mantiene su mirada puesta en el futuro. Su objetivo es claro y ambicioso: Convertirse en un bailarín solista de la compañía. Su sueño es seguir en ascenso, desafiar las expectativas y mostrar al mundo que con perseverancia, cualquier deseo puede transformarse en realidad.
Sin embargo, en medio de su éxito en tierras lejanas, Venezuela sigue en su corazón. “Extraño a mi familia y a mis exestudiantes de Ballet L’étude”, confesó. A pesar de la distancia, sus raíces siguen siendo una parte esencial de su identidad. Su amor por la danza y su incansable trabajo es un mensaje de inspiración para las nuevas generaciones. En cada paso, en cada giro, este venezolano nos recuerda que el arte, la constancia y la pasión son la clave para cumplir un sueño.