El 13 de agosto de 2022, al despuntar el día y salir de su casa, la vida le sonreía al joven Jesús Ramón Marrero Acuña, quien como millones de venezolanos se fue al exterior en busca de una vida mejor para él y su familia: el amor de su pareja, dos niños, el trabajo en una mina, el contrato de arrendamiento, la escuela. Nada podía salir mal, pero la violencia en Colombia les ha cambiado la vida a miles de personas, destruido hogares, sembrado terror. Ese día, las disidencias de las FARC, como lo hacen siempre, salieron a cazar jóvenes para ingresarlos como combatientes a sus grupos armados. Seis meses después Jesús huye de las disidencias FARC, pero el Ejército lo señala de guerrillero, pretendiendo ignorar que hubo testigos de su secuestro.
Por Sebastiana Barráez / infobae.com
Cuando la madre del joven de 28 años, Ninoska de los Ángel Acuña Zapata, quien vive y trabaja en el estado Sucre, en Cumana, al oriente de Venezuela, se entera del secuestro de su hijo, se lo comunica al Gobernador Almirante Gilberto Pinto Blanco quien, en ese agosto de 2022, notifica lo sucedido al entonces Canciller Carlos Rafael Faría Tortosa y posteriormente a quien lo sustituye en el cargo Félix Ramón Plasencia González. Pasa tiempo sin respuesta oficial.
Ninoska Acuña, quien es abogado, no ha dejado de indagar, hacer diligencias y buscar información para dar con el paradero de su hijo, es así como el 14 de marzo de 2023, “pude dar con una nota de prensa del 19 de febrero 2023, del diario El País de Colombia, donde en una fotografía señalan a dos personas en poder del Ejército Colombiano identificándolos como disidentes de las FARC y miembros activos del grupo ‘Adán Izquierdo’; una de las personas que señalan es mi hijo Jesús Ramón, a quien en la nota de prensa apodan Alan”, asegurando que lo identificó por sus características fisonómicas de contextura física y estatura y por la vestimenta (botas, pantalón y franela), la misma que vestía al momento de ser secuestrado por el grupo guerrillero seis meses antes.
Nuevamente el gobernador oficia a la Cancillería venezolana, esta vez en manos de Yvan Eduardo Gil Pinto; “me enlazan con la embajada de Venezuela en Colombia, envío toda la información que me solicitan, a través de la asistente Jessenia Notto Gonnella, con quién me comunico constantemente por orden del representante de Negocios en Bogotá, José Manuel Soto. Ella me notifica por un audio que ya el Embajador Carlos Eduardo Martínez había firmado el oficio a la Fiscalía y al Ministerio de Interior y Justicia, pero hasta los momentos, me informa que no le han dado respuesta oficial sobre mi hijo”.
Inercia gubernamental
Ninoska dice haber visitado los entes gubernamentales de Venezuela que tienen competencia nacional e internacional en estos casos: Asamblea Nacional, Comisión Permanente de Política Exterior, representantes consulares de Colombia en Caracas, Fiscalía General de la República de Venezuela, Defensoría del Pueblo a nivel nacional (Expediente: P- 23-01907 ), organismos donde ha consignado oficios en relación al caso. “Hasta la fecha no he tenido respuesta alguna”.
“Mi hijo Jesús Ramón Marrero Acuña no es miembro de las FARC, ni guarda relación alguna con ese grupo delictivo. Él solo emigró de nuestro país, acompañado de su núcleo familiar buscando una mejor calidad de vida, dada la crítica situación que vivía en Venezuela”.