Poppy Burns, una estudiante de 12 años, se encontraba disfrutando de un momento relajante en un jacuzzi. Al salir, notó que algo no estaba bien y, de un momento a otro, un dolor extremo la paralizó.
Por: TN
Georgina Burns, su mamá de 47 años, se preocupó y la llevó de urgencia al hospital más cercano. Sin embargo, al llegar, no recibió la atención que esperaba. “Estaba gritando y los médicos decían que no le pasaba nada”, aseguró en diálogo con The Sun.
La nena tenía solo diez años cuando sufrió una infección en el piel del pie después de pasar un rato en el jacuzzi. “Durante un tiempo, sintió un dolor extremo, más del necesario para cualquier lesión que tuviera. Fue difícil llegar a un diagnóstico final”, indicó Burns.
Después de dos años de análisis, estudios y un dolor paralizante, Poppy fue diagnosticada con síndrome de dolor regional complejo (SDRC), una afección que es considerada como una de las más dolorosas del mundo.
Generalmente, solo afecta a una extremidad del cuerpo en donde la piel se vuelve tan sensible que, ante cualquier tipo de contacto, puede provocar agonía. Actualmente, dicha condición tiene un tratamiento pero no cura.
Georgina indicó que el dolor que sufre su hija es “extremo” y lo describe “como personitas en su pie que la apuñalan”. Cuando todo comenzó, la nena apenas podía apoyar los pies en el piso y, a medida que su enfermedad fue avanzando, dejó de hacerlo. Hoy, tiene que trasladarse en una silla de ruedas para evitar el roce.
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