El sexo, sobre todo en animales no humanos, puede ser muy extraño. De especies de las que solo nacen machos a aquellas que practican el sexo suicida. Pero en lo que coinciden casi todas es en la penetración, sobre todo los mamíferos. Claro que hay excepciones en la evolución. Y una de ellas es la del murciélago serótino, un animal cuyo pene es siete veces más largo que la vagina de las hembras.
Por larazon.es
Un equipo de científicos liderado por Nicolas Fasel, el murciélago serotino (Eptesicus serotinus) natural de la península ibérica y el norte de África sería un caso aparte en la reproducción, tal y como la conocemos. Al menos en mamíferos: se aparea sin penetración. Tan raro es esto que se trata de la primera vez que se documenta sexo sin penetración en un mamífero. Y esto se debe no solo al tamaño del pene del murciélago, también por su forma: su cabeza, en forma de corazón, es siete veces más ancha que la abertura vaginal.
Ambos factores colaboran para que la penetración sea imposible. Y, en lugar de ello, el equipo de Fasel, ha descubierto que este mamífero utiliza su pene como un brazo extra para empujar la vaina de la cola de la hembra fuera del camino, de modo que pueden aparearse por contacto, un comportamiento que se asemeja al “beso cloacal” de las aves.
“Por casualidad, habíamos observado que estos murciélagos tienen penes desproporcionadamente largos y siempre nos preguntábamos cómo era posible. Pensamos que tal vez es como en el perro donde el pene se hincha después de la penetración de modo que quedan encerrados, o tal vez simplemente no pueden meterlo dentro, pero ese tipo de cópula no se ha informado en mamíferos hasta ahora“.
Hasta ahora se sabía muy poco sobre la rutina sexual de los mamíferos, dado que casi todas las posibilidades de observar este cortejo eran de espaldas a la acción. Pero en este caso, debido a que se trataba de un entorno controlado, los autores del estudio pudieron observar los genitales del murciélago durante el acto… O los actos, ya que analizaron un total de 97 cópulas.
Pero las sorpresas no acaban ahí: las interacciones entre el macho y la hembra duraron desde 53 minutos hasta poco más de 12 horas. Y en ninguno de los casos se observó penetración por parte del macho. Lo que sí se descubrió, una vez terminado el ritual, fue que el vientre de la hembra parecía húmedo. De esto asumieron que allí es donde se deposita parte del semen, pero se necesitan más estudios para confirmarlo.
El equipo de Fasel también descubrió que las hembras de esta especie también tienen cuellos uterinos inusualmente largos, lo que podría ayudarlas a seleccionar y almacenar esperma. La pregunta lógica es ¿por qué la evolución propició un miembro viril de este tamaño si impide la cópula? De acuerdo con el estudio, el objetivo es usarlo como brazo para apartar las membranas de la cola de las hembras. Esta membrana es la “cortina” que utilizan ellas cuando no desean propiciar una interacción sexual.
“Los murciélagos usan las membranas de su cola para volar y capturar insectos, y las hembras también las usan para cubrir sus partes inferiores y protegerse de los machos – añade Fasel-, pero los machos pueden usar estos grandes penes para superar la membrana de la cola y llegar a la vulva”.