Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este viernes que los ataques que recibe desde sectores de la derecha tienen como objetivo último matarlo y destruir la Presidencia de su padre.
“No se trata de mí. En el fondo, lo que están tratando de hacer es intentar matarme, sabiendo que sería un dolor más grande del que mi padre podría soportar”, afirmó en una entrevista en Moby Pod, el podcast del músico estadounidense y amigo suyo Moby.
“Están intentando de la manera más ilegítima, pero racional, destruir una Presidencia”, añadió.
Hunter Biden definió de esta manera la campaña de acoso de la que dice ser protagonista debido a sus problemas legales y sus adicciones desde que su padre se presentó y ganó las elecciones a la Casa Blanca de 2020. En su opinión, esta campaña tiene como objetivo que recaiga en las drogas.
“Decidieron que la única manera con la que podían socavar la confianza de mi padre y su capacidad para continuar haciendo campaña y seguir adelante -particularmente después de la muerte de mi hermano- (era) pensar que podía perder al hijo que acababa de recuperar de una muerte casi segura por la adicción”, insistió.
Moby y Hunter Biden se conocieron en un programa de recuperación contra la adicción a las drogas y han mantenido una amistad durante los últimos tres años.
La entrevista fue grabada con anterioridad a la imputación que recibió el jueves, cuando fiscales federales abrieron un nuevo caso penal en su contra por delitos fiscales.
Hunter enfrenta nueve cargos, incluyendo el impago de impuestos y declaración de impuestos falsa o fraudulenta, de acuerdo con la imputación entregada en una corte federal en Los Ángeles (California).
En concreto, los fiscales lo acusan de no pagar aproximadamente 1,4 millones de dólares en impuestos federales durante cuatro años, desde 2016 hasta 2019.
Hunter Biden, señala la Fiscalía en el documento de 56 páginas, “gastó millones de dólares en un estilo de vida extravagante en vez de pagar sus impuestos”.
Además, ya fue imputado en septiembre de otros tres delitos por la compra y posesión ilegal de un arma en 2018, tras años de investigaciones en su contra por este caso y por declaraciones irregulares de impuestos.
Los cargos contra el hijo del presidente son el resultado de una investigación del Departamento de Justicia que se abrió en 2018 durante el Gobierno de Donald Trump (2017-2021), ahora aspirante a la nominación republicana para las elecciones de 2024 a la Casa Blanca.
La Presidencia estadounidense no quiso pronunciarse hoy sobre el nuevo caso en marcha, pero sí recalcó que el mandatario quiere a su hijo y está orgulloso de él.
“El presidente ha dicho antes y seguirá diciendo que ama a su hijo y que lo apoya mientras continúa reconstruyendo su vida. No voy a decir más que lo que ya ha repetido una y otra vez, que está orgulloso de su hijo”, indicó en una conferencia de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Los negocios de la familia presidencial y sobre todo de Hunter Biden han sido objeto de ataques de los republicanos desde hace años.
En el caso de Hunter, además, las críticas han adquirido un tono sensacionalista debido a un periodo de adicción a las drogas por el que atravesó el hijo del mandatario, del cual se han filtrado centenares de fotografías. EFE