Este fenómeno natural no tuvo explicación durante más de cien años.
Kilómetros y kilómetros de hielo, espectaculares icebergs y un paisaje congelado es lo que define a la Antártida. Su peculiar disposición no debe engañar a nadie, pues a pesar de ser un lugar inhóspito, en él se pueden encontrar estaciones de investigación y campamentos con integrantes durante todo el año, además de antiguos asentamientos de balleneros.
Por Infobae
A esto se le suman unos paisajes que asombran a todo aquel que se acerque hasta allí. De hecho, cuenta con uno de los lugares más misteriosos y macabros del planeta, y que cuyo origen no tuvo explicación durante más de cien años. Se trata de las conocidas como Cataratas de Sangre, un fenómeno natural que tiñe las aguas de este enclave de un intenso color rojo haciendo honor a su nombre.
Un origen desconocido
El origen de este peculiar fenómeno a día de hoy se desconoce, pero su descubrimiento tuvo lugar en el año 1911. El encargado de ello fue el geólogo Griffith Taylor, el cual fue testigo de un suceso natural único en la Tierra al observar como una viscosa masa de un color rojizo muy vivo descendía por una placa de hielo en la Antártida. Desde ese momento, las Cataratas de Sangre atrajeron a multitud de curiosos que querían descubrir el lugar, convirtiéndolas en uno de los puntos más investigados de todo el planeta.
A esto se le sumaba la dificultad de acceso que tenía, lo que hizo que alrededor de ella se generara una leyenda de lo más macabra. Tras infinidad de estudios y exploraciones, se llegó a una conclusión inicial que explicaba que el color rojizo de las aguas se debía a una serie de algas que estaban presentes en la zona. Estas creaban un complejo efecto visual que hacía que el ojo humano viera el agua roja. Sin embargo, esta teoría fue desbancada en 2017, cuando finalmente se descubrió el motivo real del color de las cascadas.
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