La inexorable lucha por el rescate de la Justicia y la Paz
Finaliza un año complicado en Venezuela. Nos encontramos ante una situación política inusual, llena de frustraciones y esperanzas. Una economía devastada y una sociedad golpeada son el telón de fondo de un país asediado por la fuerza del mal que por más de dos décadas se ha apoderado del control total del Estado. Esta situación se ve agravada por la presencia de ciertos “opositores” que, en realidad, cohabitan con el régimen, disfrutando de las migajas que quedan de la corrupción y de las actividades ilícitas de un gobierno corrupto.
Ante todo ello, nos satisface enormemente el fortalecimiento del liderazgo de María Corina Machado. Su mensaje coherente, honesto, firme e inequívoco ha resonado profundamente en el país, creando la confianza que necesitábamos para avanzar y enfrentar electoralmente a Nicolás Maduro. No ha sido fácil para María Corina posicionarse como la líder incuestionable de la oposición. Los ataques del régimen han sido constantes y se intensificarán en la medida en que vean amenazada su permanencia en Miraflores. Estos ataques se dirigen hacia ella, su entorno, y todos los que la apoyan. Pero no la han quebrado; por el contrario, sigue adelante, avanzando con la misma fuerza que la caracterizaba desde que emergió en el panorama político en 2014.
Sin embargo, hay muchos retos por delante. Mantener el mensaje y la coherencia, la fuerza y el valor que la caracterizan es esencial. Y uno de los desafíos más importantes es blindarse ante aquellos que, midiendo beneficios e influencias en el futuro, intentan arropar y penetrar su movimiento. Inescrupulosos políticos de segunda categoría y personajes no siempre conocidos o descubiertos, pueden intentar infiltrarse y debilitar la fuerza de María Corina, lo que debe ella evitar a toda costa.
María Corina es la líder, la candidata, la dirigente de la oposición en la que todos confiamos por su serenidad y fortaleza. Esperamos que aquellos que a veces se presentan como colaboradores espontáneos no logren penetrar y encerrarla para su propio beneficio.
Este artículo subraya la necesidad de una profunda introspección sobre el panorama actual de nuestra nación. Las recientes liberaciones de individuos implicados en la red de corrupción gubernamental, combinadas con las políticas internacionales erráticas de Estados Unidos hacia América Latina, especialmente en su manejo de figuras claves vinculadas al régimen de Maduro, han puesto de manifiesto las complejidades que enfrentamos. Estos eventos, junto a los retos que enfrenta una oposición valiente pero asediada, abren interrogantes cruciales sobre la dirección futura de la democracia venezolana. La responsabilidad recae no solo en líderes decididos como María Corina Machado, sino también en cada ciudadano venezolano. Juntos, debemos asumir el desafío de navegar estos turbulentos mares, manteniendo firme el timón hacia un horizonte de justicia, integridad y libertad. Solo así podremos trascender los obstáculos actuales y forjar un camino hacia un futuro más justo, democrático y próspero para Venezuela.
@CarmonaBorjas