El Mundo: El chavismo silencia un derrame petrolero en una de sus mayores refinerías

El Mundo: El chavismo silencia un derrame petrolero en una de sus mayores refinerías

X: @AmericoDeGrazia

 

Funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) han prohibido la cobertura informativa a los periodistas que cubren el derrame en la Refinería del Palito, según la denuncia hecha pública hoy miércoles por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP). Los militares obligaron incluso a un grupo de periodistas a que borraran los vídeos y las fotografías que habían tomado en las zonas afectadas.

Por: El Mundo





El vertido de combustible en una de las mayores refinerías de Venezuela, situada en el estado central de Carabobo, ya ha afectado a las comunidades colindantes y a varias playas en Puerto Cabello, cerca del parque nacional de San Esteban y a 200 kilómetros de Caracas. Ante el silencio oficial inicial fue la asociación civil Gente del Petróleo quien hizo público el último derrame en El Palito, provocado por el desbordamiento de una laguna de oxidación por las fuertes lluvias producidas en la zona. Trabajadores de la refinería han denunciado en ocasiones previas la falta de mantenimiento de esta laguna de oxidación.

Las imágenes en las que grupos de operarios intentaban recoger el petróleo con cubos provocó las críticas ciudadanas y la molestia gubernamental. “Lo ocurrido en El Palito, usando un procedimiento a punta de tobos (cubos) en donde no hay ni una mínima medida de seguridad y ambiente. Es una prueba de la destrucción y el atraso a la que la revolución somete a nuestro país y a Petróleos de Venezuela (Pdvsa). ¡El vídeo lo dice todo!”, reaccionó el ex dirigente petrolero Juan Fernández en sus redes sociales.

La militarización de Pdvsa condujo a la que fuera una de las mayores empresas de la región a una caída en su producción que sólo el tiempo detuvo años después. En la actualidad, la petrolera estatal produce entre 700.000 y 800.000 barriles de oro negro al día, muy lejos de los tres millones tantas veces prometido.

Puedes leer la nota completa en El Mundo