Por más de 20 años, una mujer originaria de México no había visto a su mamá, lo que la motivó a emprender un viaje de reencuentro desde Estados Unidos a la ciudad de Durango; sin embargo, al entrar a su casa se enfrentó con una escena aterradora: el cadáver de la señora con signos de haber perdido la vida hace más de un año, en medio de la soledad.
Por La Nación
El terrible incidente ocurrió el pasado 29 de diciembre, en una casa localizada en el fraccionamiento Ocampo, según medios locales. Al llegar a la casa, la puerta estaba cerrada, y como nadie respondía el timbre, “se las ingeniaron para abrir”, según las crónicas. Al darse cuenta de la tragedia, los familiares llamaron a la línea de emergencias para alertar a las autoridades correspondientes que llegaron al sitio solo para confirmar que en el piso de una de las habitaciones estaban los restos de la mujer, quien tendría 76 años.
El Diario del Noroeste señaló que la Fiscalía General de Justicia de Durango determinó que la señora vivía en total abandono y, a través de un comunicado oficial, se detalló que el sorprendente hallazgo ocurrió a las 13.30 hs de ese viernes. “Se encontraban los restos óseos de una persona, al parecer del sexo femenino, sin vida. Los restos corresponden a su madre, de nombre María Teresa Rivas Zapata”, indicaron.
Al hablar sobre lo sucedido, la hija de la fallecida identificada como Marina Susana Quintero Rivas, contó que la última vez que tuvo contacto con su madre fue hace dos años. Y, esta vez, decidió hacer el viaje desde EE.UU. acompañada por otros familiares para pasar las fiestas de fin de año en su casa materna.
La tragedia pone en perspectiva la necesidad de garantizar el cuidado de las personas mayores que se quedan solos en casa. Según datos oficiales, en México viven unos 15,4 millones de personas de 60 años o más, de las cuales 1,7 millones están sin compañía en sus hogares.
¿Qué dicen los vecinos de la mujer que murió?
Los residentes locales aseguraron al diario El Sol de Durango que la señora María Teresa no había sido vista en bastante tiempo, pero que su ausencia no les pareció inusual, ya que la mujer de avanzada edad rara vez salía de su hogar. Incluso, otros vecinos aventuraron que la hija se la había llevado a vivir con ella a Estados Unidos.
Lea más en La Nación