En carta al Foro Económico Mundial, Francisco llamó a debatir la urgencia de avanzar en la cohesión y reconciliación, al describir un mundo “cada vez más lacerado”.
Emplazó a abordar las raíces de conflictos como el hambre, la explotación de recursos que enriquece a unos pocos o la explotación de personas.
Cuestionó que en la actualidad siga habiendo gente muriendo de hambre o falta de atención.
Destacó la interdependencia global y reclamó una dimensión moral en debates económicos, políticos, culturales y religiosos.
Consideró necesaria una acción internacional coordinada que persiga la paz y el desarrollo centrado en los más vulnerables.
Expresó su esperanza en que los participantes en Davos se hagan cargo de la responsabilidad en la lucha contra la pobreza y la búsqueda de convivencia pacífica entre pueblos.
Con ello, el pontífice alentó soluciones de fraternidad ante un escenario mundial problemático.
Con información de EFE