Los beneficios para el cerebro de la escritura cursiva a mano y por qué vuelve a algunas escuelas de California

Los beneficios para el cerebro de la escritura cursiva a mano y por qué vuelve a algunas escuelas de California

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El estado de California volvió a establecer este año el requisito de que los estudiantes de primero a sexto grado de sus escuelas públicas aprendan a escribir en letra cursiva.

Por BBC 

La técnica de escritura dejó de enseñarse en el estado en 2010, pero ahora California se une a casi dos docenas de estados de EE.UU. que han hecho obligatorio enseñar la cursiva de alguna manera.

La escritura manuscrita cursiva fue considerada durante algún tiempo una técnica a extinguir en Estados Unidos, pero la decisión de las autoridades educativas californianas ha reavivado los debates tanto en círculos educativos como científicos sobre la conveniencia de aprenderla, las implicaciones globales de abandonarla y sus posibles beneficios cerebrales.

La neurocientífica afincada en California Claudia Aguirre dice que “cada vez más investigaciones en neurociencia respaldan la idea de que, especialmente en comparación con la escritura a máquina, escribir en cursiva puede activar vías neurales específicas que facilitan y optimizan el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje en general”.

Kelsey Voltz-Poremba, profesora asistente de Terapia Ocupacional en la Universidad de Pittsburgh, agrega que la cursiva puede incluso facilitar el aprendizaje de los niños pequeños.

“Cuando la escritura a mano es más autónoma para un niño, le permite dirigir más energía cognitiva hacia habilidades visuales-motoras más avanzadas y obtener mejores resultados de aprendizaje”, dice.

¿Por qué hay quien está en contra de la cursiva?

La cursiva no ha sido obligatoria en todas las escuelas por varias razones.

Si bien los beneficios de la escritura manual son evidentes, la literatura científica difiere en si la cursiva específicamente es mejor que la letra de imprenta para el desarrollo infantil.

Karin James, profesora de Ciencias Psicológicas y Cerebrales en la Universidad de Indiana, trabaja con niños de 4 a 6 años en un proyecto de investigación que compara la letra impresa con la manual cursiva.

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