Británicos y turistas destacaron este martes la impresión que les causó la noticia del cáncer que padece el rey Carlos III de Inglaterra, un día después de que el Palacio de Buckingham diera la noticia del diagnóstico.
Jane y Tony, pareja británica que pasaba por la plaza londinense de Trafalgar, sintieron pena al enterarse de la enfermedad de Carlos III, pese a no estar “ni a favor ni en contra” de la monarquía, según expresaron a EFE.
No obstante, Jane subrayó que, independientemente del diagnóstico, el rey conseguirá “el mejor tratamiento”, al tratarse del monarca del Reino Unido.
Por su parte, David, jefe de estudios en un colegio en Covent Garden (centro de Londres), se mostró “muy triste” al respecto, ya que se considera “un gran defensor de la monarquía”.
“No creo que sepamos toda la verdad, pero entiendo la razón, así que solo esperamos lo mejor para él”, apuntó.
Un tema de conversación para los turistas
Para Abigail, turista residente en Francia, se puede sentir “la tensión en el ambiente”, ya que, según percibió durante su visita a monumentos emblemáticos de la capital británica, como la Torre de Londres, el tema forma parte de las conversaciones de la gente.
En declaraciones a EFE, señaló que descubrió la noticia a través de redes sociales, donde aparecía acompañada de muchos comentarios negativos hacia el monarca, algo que ella no ve “justo, pues es una persona”.
Tras el anuncio de la casa real británica, se sucedieron las reacciones de políticos y personalidades públicas, así como del conjunto de la ciudadanía, muchas de ellas deseando la rápida recuperación de Carlos III.
El rey tuvo su primera aparición pública tras la noticia esta misma tarde, cuando, saludando a la multitud allí presente junto a la reina Camila, accedió al Palacio de Buckingham en el coche oficial para viajar a su residencia campestre en Sandringham, al este de Inglaterra.
Este trayecto, presenciado por monárquicos y curiosos que se agolpaban a las puertas del palacio, se produjo después de un breve encuentro con su hijo menor, el príncipe Enrique, en su residencia londinense de Clarence House, quien viajó desde California tras enterarse de la enfermedad de su padre.
La cautela de la familia real
Algunos transeúntes por la zona del Palacio de Buckingham reconocían que les había sorprendido ver publicada la noticia de su diagnóstico.
“Normalmente la familia real británica no comparte información sobre salud, especialmente sobre la del rey”, opinó un británico, que prefirió no identificarse, en la plaza frente al palacio, repleta de medios que hoy informaban al respecto y con anterioridad a que llegara el helicóptero que trasladaría al monarca.
En un comunicado publicado este lunes, la casa real británica explicó que el tumor fue descubierto en el reciente proceso quirúrgico al monarca debido a un agrandamiento de próstata, aunque aclaró que no se trata de un cáncer de esta parte del cuerpo.
El rey, de 75 años, ya ha iniciado un “calendario de tratamientos regulares”, durante los que suspenderá su agenda pública, si bien se mostró “muy positivo” y pretende “regresar a la plena actividad pública tan pronto como sea posible”. EFE