La delegación del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) encabezada por el director general Rafael Grossi completó este miércoles su cuarta inspección de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, en territorio ocupado por Moscú.
En un breve video publicado en redes sociales, Grossi informó de que la delegación había vuelto a cruzar el frente hacia territorio controlado por el Gobierno ucraniano y se disponía a regresar a la sede del OIEA.
“Hemos sido capaces de realizar una importante visita que nos ha permitido completar nuestras impresiones sobre la fase actual en que están las instalaciones y el estatus de la seguridad nuclear”, afirmó.
En un mensaje escrito, el argentino recalcó que como parte de la inspección se había evaluado la observación de los cinco principios del OIEA para la protección de la planta, así como la presencia de personal cualificado suficiente y el funcionamiento de los sistemas de energía y refrigeramiento.
Dichas evaluaciones son “vitales” para la seguridad de las instalaciones, remachó y advirtió que no hay lugar para el “exceso de confianza”.
Grossi se entrevistó ayer en Kiev con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con el ministro de Energía, Germán Galushchenko, el jefe de la agencia gubernamental para la regulación nuclear, Oleg Korikov, y el presidente de la empresa estatal ucraniana de energía nuclear, Energoatom, Petró Kotin.
En una comparecencia advirtió de que la situación en la central está “lejos” de haberse estabilizado y señaló que el OIEA va a insistir ante las autoridades rusas para que se le permita realizar una evaluación técnica del estado del combustible en los reactores.
“Esta cuestión va a ser la prioridad número uno den mis conversaciones con la administración de la planta y con el Gobierno ruso en Moscú”, afirmó, en declaraciones citadas por la agencia ‘Ukrinform’, según la cual la vida útil del combustible de los reactores está llegando a su fin.
EFE