Con el tema de la inhabilitación, la respuesta que se necesita hoy requiere de un esfuerzo unitario sin precedentes por parte de la persona afectada, como lo hizo Rómulo Betancourt, salvadas las distancias, para derrotar a las fuerzas castristas en Venezuela, pero también de mucha intuición, audacia y coraje. No basta con quejarse o pretender ser la única solución del problema, ya que en política nunca quedan vacíos los espacios. Y podemos atajar la tentación de un lanzamiento de candidatos alternos de la más genuina oposición.
Respecto al segundo tema, las candidaturas artificiales, el gobierno juega y duro auspiciando la aparición de otros candidatos de auténtica o dudosa oposición, pretendiendo dividirla entre varias opciones. En algunos casos son las mismas fuerzas que reconocieron a Maduro con una flamante visita a Miraflores y la correspondiente declaración pública a las puertas de palacio, en 2018. Atención: la sola existencia de varios candidatos de oposición o de la supuesta oposición, no es el problema, sino el propósito o las intenciones deshonestas asociadas al hecho.
Hace tiempo escribí en esta columna de opinión que estamos replicando el viejo modelo de la unidad de las izquierdas reducida a una consigna porque finalmente sus partidos la rompían. Podemos recordar que personajes como José Vicente Rangel, Héctor Mujica, Teodoro Petkoff, Américo Martín, Jesús Paz Galarraga, Luis Beltrán Prieto, entre otros, lo hicieron y jamás consiguieron el número de parlamentarios y concejales que logró el PCV en 1959, antes de la locura insurreccional. Que hubiere múltiples candidatos presidenciales, incluyendo a un brujo, a don Pedro Pedroza, Germán Borregales o Pedro Segnini La Cruz, era un hecho natural, pero hubo bipartidismo. Y éste fue derrotado mucho antes por Caldera, queriendo adjudicárselo tan injustamente a Chávez. Hubo partidos extremadamente minoritarios que lanzaban una candidatura presidencial para asegurarse una total y solitaria diputación: una vez fue el padre y, la otra, su hija (OPINA).
La cuestión estriba en lo que hará el liderazgo natural, real, verdadero de la plataforma unitaria y no el frijolero de candidatos. Cuando se es y se ejerce el liderazgo, no hay tu tía. El lunes pasado la oposición que nos representa en Barbados no fue a reunirse con el presidente de la Asamblea Nacional y el coordinador de las negociaciones por parte del gobierno, sobre el tema del cronograma electoral, tema de suma importancia para el momento actual. De esta reunión tendrían que venir las grandes decisiones que tanta falta hacen para terminar de encaminar la lucha y la confrontación política con el régimen, siempre haciéndolo de manera democrática y con el deber ser: lograr el consenso de todos los sectores involucrados que realmente quieran un cambio.
Hablar de una candidatura unitaria se ha convertido en un tabú, por respeto al abrumador resultado obtenido en las elecciones primarias de octubre del pasado año. Sin embargo, a medida que pasan los meses seguimos en una gran incertidumbre que deja al conglomerado opositor atados de mano, a la espera de cambios que no sabemos si realmente se darán. Hemos persistido y resistido durante un largo tiempo para generar el tan añorado cambio, que tarde o temprano debe ocurrir, pero insistimos que en el manejo opositor deben estar involucrados todos los sectores que hacemos vida en el país para generar un triunfo tan contundente que no exista forma alguna de desconocer los resultados.
X,IG:@freddyamarcano