Dani Alves dijo una vez que “jugaría hasta los 50” si alguien amenazaba su récord de trofeos ganados, pero su carrera llegó a su fin este jueves en Barcelona donde fue condenado a cuatro años y medio de cárcel por violación.
El exastro del balón fue condenado más de un año después de su ingreso en prisión provisional en enero de 2023, cuando el Pumas mexicano rescindió su contrato con el brasileño.
Entre su debut con el Esporte Clube Bahia de Brasil, a los 18 años en 2001, y su último partido con los Pumas en enero de 2023, a los 39 años, Alves disputó casi mil partidos oficiales con su club y su selección, acumulando una ingente colección de trofeos.
“Tengo 39 años y junto a los míos, soy el más ganador de la historia del fútbol con 43 trofeos. Ah, y si alguien me pasa, jugaré hasta los 50 años”, afirmó en junio de 2022 en sus redes sociales.
Su palmarés fue creciendo a medida que pasaba por clubes como Barcelona, Juventus y Paris Saint-Germain, que buscaban en Alves a uno de los mejores laterales del mundo.
Procedente de una humilde familia de Juazeiro, en el estado de Bahía, a los diez años se levantaba a las cinco de la mañana con su hermano para ayudar a su padre en el campo, antes de dirigirse a la escuela.
Debutó con su club local, pero rápidamente fue descubierto por el Sevilla, al que se unió en 2002 y en el que estaría seis temporadas.
Dos Copas de la UEFA, una Copa del rey, una Supercopa de la UEFA y una Supercopa de España después, Alves puso rumbo al Barcelona por 35 millones de euros (38 millones de dólares).
En su primera etapa de ocho campañas en Barcelona entre 2008 y 2016, Alves ganó 23 trofeos, entre ellos, tres Champions, tres Mundiales de Clubes, seis Ligas y cuatro Copas del Rey.
“Tipo alocado y alegre”
En 2016, dejó el Barcelona como agente libre para ir al Juventus, donde permaneció una temporada ganando una liga y una Copa de Italia y llegó a otra final de Champions, perdida ante el Real Madrid.
“Dani es un tipo alocado y alegre que vive su vida a 300 km/h”, dijo su compañero de equipo en la Juve, Giorgio Chiellini.
Fichó por el Paris Saint-Germain en 2017, nuevamente como agente libre, para intentar ayudar a su antiguo compañero del Barcelona Neymar a ganar la Champions, aunque sin éxito.
Lo que no le impidió ganar dos ligas francesas en sus dos temporadas en París, una ciudad que no le gustaba.
“París es una ciudad estresante, no me gusta mucho”, dijo a GQ Brasil, añadiendo que no le gustaban los “racistas” en Francia.
Famoso es su episodio de 2014 donde respondió con humor al lanzamiento de un plátano cuando se disponía a sacar un córner en un partido de Liga en Villarreal.
El brasileño simplemente respondió a este acto de tinte racista, recogiendo la fruta y dándole un mordisco antes de sacar el córner.
En 2019, Alves regresó a Brasil y ganó el campeonato paulista con el Sao Paulo, antes de un breve regreso al Barcelona.
“Ahora toca decir adiós”, escribió en su Instagram en junio de 2022 cuando dejó el Barça rumbo a México, evocando “más de ocho años dedicados a este club, a estos colores, a esta casa…”
La espina del Mundial
Su recorrido en clubes se refleja en la selección brasileña, con la que debutó en octubre de 2006 y ganó el último de sus 126 partidos internacionales saliendo desde el banco contra Corea del Sur en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022.
Fue suplente no utilizado cuando Brasil perdió en los penaltis ante Croacia en los octavos de final, siendo la Copa del Mundo el único trofeo que se le ha escapado.
Perdió en cuartos de final en Sudáfrica-2010, otra vez en semifinales en 2014 y no estuvo en Rusia-2018 por una lesión de rodilla.
Ganó dos Copas América, la segunda reemplazando a Neymar como capitán en 2019 y, a sus 38 años, llevó a Brasil al oro olímpico en Tokio en 2021.
Fue su último trofeo, antes de su acción en una discoteca de Barcelona, que ha llevado a su condena. AFP