Los incendios forestales son un fenómeno global que afecta a numerosos países y regiones, causando devastación ambiental, pérdida de biodiversidad, daños a la infraestructura, pérdidas económicas, así como daños en la salud pública de los habitantes.
Por Marianny Castellanos / Corresponsalía lapatilla.com
Venezuela ha sido testigo durante los últimos años de una serie de devastadores incendios forestales que han afectado gravemente áreas naturales y comunidades locales, debido a factores como el cambio climático, la deforestación, la actividad humana irresponsable y la falta de medidas preventivas adecuadas.
En lo que va de año, lapatilla.com ha registrado al menos 7 incendios forestales y centenares incendios de vegetación reportados en los estados Aragua, Monagas, Carabobo, Táchira, Mérida y la ciudad capital, específicamente en El Ávila, que han arrasado con miles de hectáreas de biodiversidad causando un impacto negativo a mediano y largo plazo.
Específicamente en el estado Aragua, expertos en la materia han registrado unos 59 días consecutivos de incendios vegetales, contando desde el 24 de diciembre del pasado año 2023 hasta la fecha, en los cuales se han perdido más de 2.500 hectáreas del Parque Nacional Henri Pittier.
En medio de este escenario, la prevención se erige como una herramienta fundamental para mitigar estos desastres y proteger los ecosistemas. Por eso conversamos con Enrique García, presidente de la organización civil Sembramos Todos, quien aseguró que una gran cantidad de incendios no se registran en la prensa local.
En este sentido, mencionó el incendio ocurrido recientemente en la zona de Magdaleno, municipio Zamora, que arrasó con unas 1.500 hectáreas aproximadamente y no generó impacto mediático, porque no está relacionado con el Henri Pittier. “En el estado Aragua todos los días hay un incendio forestal de mayor o menor magnitud”.
Asimismo, García señaló que muchos de estos incendios son provocados, como el ocurrido en un cañaveral, donde la costumbre de terminar la cosecha con fuego ha llevado a situaciones graves. “Esa práctica de limpiar con fuego está penada en la ley, de acuerdo a las ordenanzas municipales y sanciones administrativas”, dijo.
La clave es la prevención
Aunque el pasado 7 de febrero, el Ministerio para el Ecosocialismo en conjunto con la gobernación de Aragua y el viceministerio para la Gestión de Riesgo y Protección Civil, inauguraron el Comando Unificado de Incendios Forestales, el especialista en materia ambiental aseguró que no se han implementado acciones de prevención, como la vigilancia electrónica o la detección temprana de incendios.
“Hay una gran falla a nivel de prevención, porque si ya tú sabes que los incendios forestales inician en una zona y fecha específica, lo que se debe hacer es aumentar y subir la vigilancia forestal. Y si es muy complicada la vigilancia forestal, nos vamos a un sistema electrónico que detecte los focos de calor para atacar el incendio cuando comience o para dar captura a los que están incendiando, porque van a quedar grabados en cámaras. Y eso ni siquiera se ha planteado”, señaló.
De igual manera, comentó que se deben sumar esfuerzos en cuanto a políticas públicas para la educación ambiental y la aplicación de sanciones legales ejemplares. “Las penas por los delitos ambientales son de 5 años o menos, y es que apenas pueden pagarse con régimen de presentación o servicio comunitario”, reiteró Enrique.
En cuanto a las consecuencias de la falta de reforestación, indicó que la capacidad de absorción de la montaña con las aguas disminuye y terminan cayendo en las zonas sur de la ciudad, quienes sufren los “embates de las aguas” que debieron ser absorbidas por la montaña.
“No fue fortuito el deslave de Palmarito. Eso fue ocasionado porque hubo una serie de incendios previos que destruyeron la vegetación de las zonas vulnerables en Palmarito, y cuando vinieron las lluvias con volúmenes de agua altísimas y no hubo vegetación suficiente para retenerla, ocasionó que el suelo cediera. Y en Las Tejerías sucedió lo mismo”, insistió.
Dotación insuficiente
A propósito de la activación del Comando Unificado de Incendios Forestales, el Gobierno puso en funcionamiento “el primer Sistema Hídrico hecho con un tanque petrolero a nivel nacional”, el cual posee 7,5 metros de diámetro y una capacidad de almacenamiento de 300.000 litros de agua, con el cual se proveerán los helicópteros tanqueros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) para las operaciones lloviznas.
Además, en el acto entregaron de 30 motos para los bomberos forestales, cuatro vehículos de cuatro ruedas, la dotación completa de uniformes para los bomberos forestales, botas, uniformes para los cuerpos voluntarios de Aragua y un dispositivo “Bambi bucket” para el helicóptero del estado Aragua.
Además, un kit de reparación de motos para Dr 650, radios de comunicación para las regiones, uniformes con sus botas para el Cuerpo Civil Guardaparques, 500 batidores para combate de incendios forestales, rastrillos forestales, palas forjadas de uso forestal para evacuar o trasvasar tierra, camas tipo literas y colchones, fueron otros de los implementos que entregaron a los voluntarios.
Sin embargo, al conversar con un bombero forestal, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, señaló que esta dotación es insuficiente y no cubre las necesidades reales de los profesionales.
“La dotación está basada en los incendios generados en el parque nacional Henri Pittier. Tan solo sacando la extensión que tiene el parque, ya por ahí se puede sacar una media de lo insuficiente que se hacen estos insumos”, dijo.
Es importante destacar que Aragua es el estado con mayor grupo de voluntarios, quienes en conjunto con los bomberos forestales y protección civil, están dispuestos para combatir incendios forestales. Sin embargo, se enfrentan a condiciones precarias y falta de apoyo que limita su capacidad de acción y pone en riesgo su seguridad.
Ante esta realidad, es inherente la prevención y educación ambiental para evitar tragedias y proteger los recursos naturales, trabajando en la responsabilidad comunitaria para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.